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La navidad había llegado como se había deseado, Guillermo y Rodrigo habían pasado aquellos días tan bonitos juntos, cuidando de esos dos pequeños niños que eran la alegría de los dos. Sin duda alguna, la familia más feliz de todas se encontraba viviendo en un departamento de la Cuidad de México.

(...)

Mi corazón subía y bajaba por aquel sueño tan extraño en el que me había encontrado, aquel sueño mostraba a Guillermo con alguien más, con una persona diferente a las que conocía de su círculo social.
El cabello corto y la piel blanca de aquel tipo, me hacía dudar sobre si Guillermo se encontraba enamorado de mi, pues en mi sueño, el contacto que se tenían los dos era delicado, como si fuera la primera persona que Guillermo había amado con su corazón.

Las lágrimas ahora salían de mis ojos, por el echo de volver a recordar aquel sueño, no podía dejar de llorar por ello, me sentía tonto y vulnerable por alguna razón. Limpie con mis manos las lagrimas que aún seguían saliendo y miré en dirección al reloj que se encontraba en la mesita de noche, eran las 4 de la mañana.

Dirigí mi vista hacia donde descansaba Guillermo, quien estaba cobijado hasta la cintura con la sábana delgada de la cama, al parecer, este estaba teniendo un magnífico sueño, pues en sus labios se estaba formando una pequeña línea que indicaba que estaba sonriéndo.

¿Estará soñando con él?
No pude evitar no pensar en eso, quizás ese alguien era su primer amor, alguien que había conocido en Francia, pero no tenía la razón por la que sabía su rostro, ¿quizás era alguien famoso?

La frustración podía conmigo, más de lo que yo con ella, ahora me encontraba sentando mientras reposaba mis codos en mis muslos y tapaba mis ojos con mis manos, esperando que las lágrimas no volvieran a salir, pero era casi imposible, imaginarme mi primer amor con su primer amor, hacía mi corazón doler y no entendía el por qué de aquello, solo sabía que me hacía sufrir como nunca antes.

Me levante con cuidado de la cama, no podía dormir con él, no en ese momento de vulnerabilidad, me acerque a la cuna que se encontraba en el lado derecho de la cama, y me despedí de Diego, quien también dormía muy cómodamente. Tomé mis pantuflas y después fui al cuarto de Kevin, que jamás había visto con detalle. Aquel lugar estaba decorado con cosas de dinosaurios y estrellas, sus juguetes bien acomodados hacían lo bien educado que estaba aquel pequeño.

Al acercarme a su cama y depositar un pequeño beso en su frente, hizo que despertara por accidente a Kevin.

─ ¿Qué haces? ─ Preguntó en un tono bajo y calmado
─ Me despido de ti ─ Conteste sinceramente, haciendo que se formará un nudo en mi garganta
─ ¿Por qué?, ¿paso algo entre papá y tú? ─ Kevin se acomodo en la cama y se tallo los ojos para poder verme bien

─ No, solo tuve un mal sueño, y pensé que quizás debería tomar mi espacio personal ─ Acaricie su cabello mientras esté me miraba fijamente
─ Entonces hubieras despertando a papá, el podría acompañarte en ese mal sueño ─ Tomó mi mano y la aparto
─ Es que precisamente el sueño era sobre tu padre ─ De nuevo la sensación de querer llorar vino a mi

─ ¿Qué soñaste? ─ Preguntó en un tono algo alto
─ Soñé que tu papá estaba con alguien más, que al parecer yo existía pero mi amor por él no era correspondido, el ya tenia a su hombre perfecto, su estatura perfecta y todo lo que al parecer él deseaba ─ Las lágrimas salieron de mi rostro, a lo que rápidamente voltee a otro lado
─ ¿Hombre perfecto?, no lo hay, para mi papá, el hombre perfecto lo eres tú ─ Respondió este para después abrazarme

So this is love?Where stories live. Discover now