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Ese otro día nunca llego pues las dos semanas de Lozano comenzaron a llenarse de trabajo al igual que las de Guillermo, quien había abierto una tienda de pasteles, ciertamente lo había echo por aquel Omega de apariencia atractiva.

(...)

Ciertamente Diego está semana estaba siendo algo irritante, no me dejaba dormir por las noches y hacía que Kevin tampoco pudiera dormir, por lo que por las mañanas solían llamarme de su escuela a decirme que se había quedado dormido y que si seguía así seria suspendido por ser una falta de respeto para sus maestros y sus compañeros.

No encontraba que hacer, pues jamás Diego se había puesto así, suponía que era por el tonto frío que estaba comenzando a hacer, pero por más que pusiera calentadores y cobijas sobre él los llantos no cesaban nunca.

Había llegado a la conclusión de que Diego estaba en la etapa de necesitar al Omega que lo calmara con sus feromonas o que lo amamantaran. Simplemente no sabía que hacer con eso, digo, no tenía una pareja a la cual acudir en este tipo de casos. Con Kevin no había sido nada así, había veces en las que lloraba por las noches pero con una mamila o si desprendía sus feromonas el se quedaba tranquilo.

Mi cabeza estaba por reventar de tanto pensamiento que tenía, estaba intentando buscar una solución para ello, ¿debería pedirle ayuda al vecino?, incluso eso se vería mal, aunque tal vez era lo correcto, aunque tal vez no, llevaban semanas sin verse y quizás el estaba agotado de cuidar niños y lo menos que necesitaba era ver mi rostro y escuchar los llantos de Diego.
Di una vuelta en la cama y pude escuchar de nuevo como Diego lloraba sin parar, sin tener otra opción en mente tomó su abrigo y salió del apartamento. Dio un suspiro pesado y toqué el timbre del apartamento 512


Unos minutos fueron suficientes para que la puerta fuera abierta y dejara ver a aquel Omega de linda sonrisa.

ー Memo ー Dijo en un tono de sorpresa ー ¿Ocurre algo?, ¿por qué estás aquí tan tarde? ー Su rostro paso de sorprendido a preocupado
Me tome el tiempo suficiente para pensar en como pedirle aquello.
ー ¿Podrías...? ー Baje mi mirada, sentía vergüenza ー ¿Podrías ayudarme con Diego? ー Solté de inmediato y pude escuchar como el de piel clara soltaba una pequeña risa apenas audible

ー Sería un gusto ー Salio de su apartamento y cerró bien la puerta, como si supiese que iba a pasar.

Abrí la puerta del apartamento y los fuertes chillidos de Diego inundaron mis tímpanos haciendo que mi cara formará una mueca. Escuchue como una puerta se abría y pude ver como Kevin salía de ahí.

ー ¿Papá? ー Dijo tallando su ojo con su pequeña mano mientras que con la otra sostenía su manta de dinosaurios
ー Kevin ー Corrí hacia él y lo tome en mis brazos ー Perdón, debí haberte despertado ー Lo acorruque contra mi pecho intentando hacer que volviera a dormir
ー ¿Qué hace el señor de aroma a pastel aquí? ー Señaló con su dedo

ー Ah, viene a ayudarnos con Diego ー Camine hacia donde estaba y le dedique una pequeña sonrisa ー Por favor pasa ー Abrí la puerta de mi cuarto logrando escuchar con más claridad el llanto del más pequeño.

Pude ver como Lozano le dedicaba una sonrisa y lo tomaba en sus brazos el cuarto se comenzó a llenar de un aroma a pastel de fresa, mis mejillas se tornaron rojas y pude ver y escuchar como Diego lograba calmarse.

ー ¿Cómo hiciste eso? ー Me acerque aun con Kevin en mis brazos
ー Al estar en mucha convivencia con Alfas, los cachorros tienden a querer estar con sus madres, tus feromonas lo hacen sentir desprotegido y por eso llora ー Explicó mientras arruyaba a Diego

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