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La casa estaba en un completo silencio gracias a que la mayoría yacía en sus ataúdes, o para un sinónimo más cómodo: Sus camas. Pero, habia dos máscotas especialmente despiertas: Nyen y Nyon. Que estaban encerrados en el baño, relajandose y despintando sus caras de la pintura color negro en sus caras que se asemejaban a bigotes de gato; lineas negras y rectas.
Aunque, el compañero de Nyen: Nyon, no era muy bueno sóportando su peso. Su peso se sentía liviano, y sus ojos cansados y con un tinte rojo pálido en ellos. Sentía las fuertes manos de el de suerter negro sujetandolo, y pásandole el algódon con alcohol en su mejilla, sintiendo el ardor, puesto que el encargado de limpiarlo no era especialmente sútil.
"Más despacio. Esto duele mucho." Dijo el de orejas ladinas con un fuerte acento ruso, mientras debilmente intentaba dirigír la mano del otro. Un intento inútil.
"Entonces limpiate solo." Lo que acababa de decir su emisor en respuesta se podría considerar una completa burla; en un debil estado, era obvio que Nyon sería incapaz de síquiera verter el alcohol sobre el algódon sin hacer un desastre por todo el suelo.
"No te hagas el imbécil, sabes bien que no puedo hacerlo." Nomidió sus palabras al momento de decirlo. Mientras seguía mirandóse a sí mismo en el sucio espejo; y deaveces, mírando a su lado, donde estaba Nyen.
Solo hubo un leve silencio, seguído de el detenimiento de Nyen; dejo de limpiarlo. Nyen no era especialmente un hombre calmado, y mucho menos iba a estar en calma si alguien le decía que comentió un error. Y para echar sal a la herida: Insultarlo.
