abrazos

682 72 3
                                    

Habían pasado ya un par de semanas desde que Jimin había llegado, Jungkook pensó que el niño de mejillas rojas lo dejaría en paz unos días después al ver que no le hacía caso y lo trataba de cierto modo feo, pero fue todo lo contrario.

El rubiecito seguía ahí, a su lado, hablando y hablando ¿es lo único que sabe hacer? Se preguntaba Jungkook, era ruidoso de cierto modo y al inicio le resultaba molesto pero simplemente se acostumbro, no tenía otra opción ya que Jimin ni de chiste se iba a despegar de él.

Tuvo que resignarse a compartir de su almuerzo todos los días con Jimin por que aun que no quisiera le terminaba robando de su comida y Jungkook tenía que emparejar la situación también quitando de su almuerzo.

Los otros niños se les hacía extraño qué el nuevo se interesara en hablar con Jungkook y no con alguien más, ya que veian como el azabache lo trataba pero esto no le importaba a Jimin, el pequeño rubio hablaba con casi todos sus compañeros y rápidamente le caía bien a todo su salón, pero él seguía interesado solo en obtener una amistad, y sentía que su progreso era maravilloso.

Jimin siempre fue un niño muy cariñoso, le gustaba ser mimado y al mismo tiempo dar mimos, estaba aguantando con todas sus ganas abrazar y estrujar a su amiguito gruñón pero no se había sentido  on la confianza de hacerlo, hasta hoy.

Estaban en su hora de almuerzo y mientras guardaban en lo que habían comido Jimin miraba de reojo a Jungkook, usualmente el único que hablaba era Jimin pero no le molestaba, en cambio ahora había un silencio qué a Jungkook le parecía extraño.

—Jungkookie...—le llamo de forma bajita el rubio.

—¿mh?— el azabache dirigió su mirada hacía él rubio.

Que con extrañeza estaba demasiado callado, incluso lo inquieto ¿por qué de repente le paro el picó?

—Yo...mmmmm—se removió un poco en su lugar, jugando con sus manitos y bajando su mirada comenzando a tener un color carmín en sus mejillas.— ¿Te gustan los abrazos?

Jungkook analizó bien el comportamiento de Jimin, notando el rubor repentino de sus mejillas y solo frunció él seño por la pregunta ¿abrazos?

—Mi mamá me abraza y me resulta agradable.— dijo sin más y desvío de nuevo su mirada a otro lugar.

Jimin lo miró con sus ojitos brillantes ¿osea que si le gustan los abrazos?

—Entonces, si te abrazo ¿te gustaría?

Jungkook rápidamente lo volteo a ver un poco espantado, jamás había resivido un abrazo qué no sea de su mamá o algún familiar, no sabía que responder.

—E-eh no lo se, no lo creo.

Jimin hizo un puchero.

—¿No lo crees? ¿Y si te abrazo para saber?

—No, siempre estas pegajoso por los caramelos qué comes y aparte solo me gusta que me abrace mi mamá.—Jungkook no sabía que hacer ¿por qué de la nada lo quería abrazar? Todo era muy confuso.

—Aaaay, Jungkookie, por favor—lo miró con ojos de cachorro— será un abrazo rápido, estoy seguro te gustará.

Jungkook rodó los ojos.

—Entiende que no quie...— sus palabras fueron interrumpidas gracias a la sorpresa de que tenía a Jimin abrazandolo con fuerzas, y escondiendo su rostro en el hueco del cuello de Jungkook.

Así se quedaron un rato, el azabache no supo como reaccionar iba a apartarlo pero al final de cuentas no le resultó desagradable el abrazo y un peculiar aroma le llego y era proveniente del niño que lo abrazaba olía a ¿caramelo? ¡sí! Jimin olía a caramelo.

El rubio se separo con cuidado tratando de ver lo que sentía Jungkook, pero solo se encontró con un azabache de mirada perdida.

—¿Jungkookie? ¿Ocurre algo?

—¿Puedes abrazarme de nuevo?

Jimin abrió sus ojitos más de lo normal ¿estaba escuchando bien? ¿Le pidió otro abrazo? Y sin esperar más con una sonrisa radiante se acercó y lo abrazo de nuevo, no fue correspondido el abrazo pero eso no importaba, mientras Jungkook olfateaba más al niño, si, olía a caramelo y era un olor qué le encanto.

Jimin se separo de nuevo y seguía con su hermosa sonrisa que cualquiera que la viera pensaría qué desborda dulzura.

—A Jungkookie le gustan mis abrazos.—se tapo la boca con sus manitas mientras su mejillas seguian tomando ese color rojizo.

Jungkook no dijo nada y solo se levanto para ir de nuevo a su salón, se sentía extraño e incluso iba pensando que se podría acostumbrar a la presencia de aquel bonito niño rubio com olor a caramelos.

Jimin al ver que Jungkook se alejaba fue corriendo en su dirección y se engancho del brazo del azabache para caminar a la par, Jimin con una sonrisa de lado a lado y Jungkook con su típica expresión de molestia pero con las mejillas rosadas.

lovey-dovey boyWhere stories live. Discover now