La desesperación de Simo

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Sin sitió a dónde mirar su mirada permanece clavada frente a la mesa frente a el, pues la habitacion es algo estrecha y cerrada, totalmente carente de ventanas lo que lo hace sentirse mas nervioso y quiere que aquella tortura acabe, apretando sus ...

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Sin sitió a dónde mirar su mirada permanece clavada frente a la mesa frente a el, pues la habitacion es algo estrecha y cerrada, totalmente carente de ventanas lo que lo hace sentirse mas nervioso y quiere que aquella tortura acabe, apretando sus dientes debajo de sus máscara mientras sus dedos repiquetean sobre sus piernas debajo de la mesa parpadea varias veces pero aún no han terminado así que levanta el rostro para ver a los demás frente a el, pero el mirarlos solo lo hace sentirse aún peor haciendo una mueca, aprieta la silla sobre la que está y el tiempo pareciera pasar más lento en esas situaciones, quiere llevarse las manos a la cara para cubrir su vergüenza o al menos a las orejas para dejar de escucharlos pues pareciera que alargan aquello con tal joderlo, la situación lo tiene tan colmado que incluso una de sus piernas se mueve de manera insistente "¿Por qué las canciones de cumpleaños son tan estúpidamente largas?" Se pregunta Simo en su desesperación volvió a levantar la mirada buscando con la mirada a alguien, cuando lo encuentra trata de la situación sea más llevadera pero le resulta estúpido mirar a Qin, así que voltea hacia Beelzebub quien murmura la canción, pero es casi como Qin sintiéndose ignorado, así que derrotado vuelve la mirada a su pastel con 3 velas ardiendo hasta que los aplausos le dan luz verde para levantar la cara.

Felicidades

Muchas felicidades

Es lo que más se repite entre los aplausos junto a algunos ladridos de Carelia.

Simo baja su máscara para finalmente soplar las velas y poder sonreírle a los demás.

—¡Muchas gracias!— Expresa al resto mientras cierra los ojos.

—Si, si ¡Vamos a comer pastel!—

—¡Podrías tener un poco más de respeto!— Regaña Hades al emperador, a lo que esté solo hace un mohín molesto yendo detrás de Simo para ser el primero en recibir del exótico pastel envinado de frutos rojos.

—Simo como tú mejor amigo pido pastel primero—

—Tu tarado de qué hablas, yo soy el mejor amigo de Simo— Reclamo Qin a Beelzebub, no tolerando las mentiras dichas por el Dios

Beelzebub soltó una gran carcajada dispuesto a pelear con el emperador por la primera rebanada de pastel ignorando el hecho de que ya se la estaban dando a Anubis.

—Aquí tienes— Entregó el cumpleañero el trozo de pastel a la deidad canina.

—Simo yo también quiero pastel— Pidió Afrodita apoyando sus pechos sobre la cabeza del soldado.

—Si, si dame un momento— Accedió un poco nervioso, escabulléndose del abrazo de la mujer para cortar otro de pastel, mientras se dispuso a aquello un plato fue empujado hacia él, levantando la mirada para saber de quién se trataba se encontró al Dios Odín, así que después de servir a la Diosa de la belleza, cortó un buen pedazo de la parte que más chocolate tenía.

Simplemente Simo HäyhäDonde viven las historias. Descúbrelo ahora