Especial Navideño Parte 1

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Diciembre de 1922

POV'S THOMAS.

Salí de mi oficina y ahí estaba ella, May se encontraba en el recibidor tejiendo lo que parecía ser una manta.

A simple vista se veía inocente, pero el subir y bajar de su pierna me indicaban que estaba nerviosa, además seguido me miraba de reojo.

Dejé los documentos que traía en la mano en una mesa cercana y me acerqué ella.

Cuando me miró sentí que el mundo se detuvo, sus ojos eran lo más hermoso del mundo, grandes y de un color café precioso.

Me incliné para estar a su altura y le di un beso en su mejilla.

-¿Qué pasa mi amor? ¿Por qué estás así?

-Es que yo... quiero pedirte algo.

-Pide lo que quieras, bien sabes que yo te lo daré.

-¿Lo qué sea?

-Lo que sea.

-Quiero que tengamos una cena de navidad, pero una de verdad con toda nuestra familia.

-¿Puedo saber porque el deseo?

-Es solo que el año pasado no pudimos hacer algo grande ya que prácticamente Lilith estaba recién nacida, y este año en su primer cumpleaños sentí que faltó más unidad, ¿A caso no quieres que nuestra hija pase su primera navidad con todos?

-Está bien, si eso es lo que quieres, así será.

-Prometo que yo organizaré todo.

-Solo tienes diez días.

-Con eso me bastará, pero ¿puedo pedirte un favor?

-Dime.

-¿Podemos invitar a Charles y Grace?

-¿Quieres hacerlo?

-A final de cuentas Charles es tu hijo y también es hermano de Lilith, el merece pasar una navidad con su padre ¿No crees?

-May, sabes que él ya tiene un padre.

-Solo hazle la invitación ¿Sí?

-Está bien, le escribiré a Grace.

-Y también quiero a tus hermanos y a Michael...

-Ya entendí, a toda la familia.

-Bien, les escribiré a mis padres.

Ella se levantó entusiasmada y yo solo esperaba que la cena no fuera un desastre.

Una tarde me despedí de ella y salí con rumbo a Birmingham, tenía algunos asuntos pendientes y también debía darles a mis hermanos las invitaciones.

En cuanto llegué a la casa de apuestas todos tomaron sus respectivos lugares y luego de dos horas, di por concluida la reunión.

-Antes de que se vayan tengo algo que decir –Comenté una vez que solo quedó la familia, de mi maletín saqué las invitaciones que May había hecho –Mi esposa está organizando una cena de navidad y me gustaría que todos fueran, en la invitaciones están los pases para que los guardias los dejen entrar –Se las repartí y mis hermanos estaban algo asombrados.

-¿Aún hay guardias? –Se burló John y solo le di una mala mirada.

-¿Debemos llevar algo? –Preguntó Ada.

-Regalos supongo –Respondí mientras me encogía de hombros –No se preocupen por el hospedaje, Shelby Mano ya fue expandida y hay espacio para todos.

-A Linda le gustará –Dijo Arthur.

-Polly –Me acerqué a ella antes de que se fuera.

-¿Sí?

-¿Sabes dónde está Vadoma?

-¿La invitarás?

-No espero que acepte, pero sé que May se daría cuenta si le miento.

-La última vez que la vi estaba recogiendo sus cosas, pero en estas fechas los campamentos gitanos son fáciles de encontrar.

-Gracias.

Salimos del lugar y conduje a donde creí que podría estar mi madre, ella siempre prefirió los lugares cercanos al agua.

Bajé de mi auto y caminé un buen rato por el bosque hasta que las caravanas coloridas se presentaron ante mí.

-¿Qué haces aquí? –Me preguntó la mujer que me dio la vida.

-May te quiere en casa esta navidad –Le extendí la invitación.

-¿Solo ella?

-¿Irás?

-No lo sé, no prometo nada.

-Hazlo por ellas, por May y por tu nieta.

-Lo pensaré.

Se dio la vuelta y yo hice lo mismo, honestamente no sabía que esperar, ella era tan impredecible que solo esperaba que May no se enojará conmigo.

Antes de regresar con mi esposa, hice una última parada en uno de los barrios bajos de la ciudad, cosa que no me gustaba.

Toqué la puerta de aquel apartamento y solo escuchaba pequeñas pisadas.

-No hay nadie –Se escuchó del otro lado.

-¿Eres tonto? Ahora saben que estamos aquí.

-Silencio los dos y pónganse atrás de mí –Dijo mi pequeño hombrecito.

Segundos después la puerta se abrió y un pequeño Tom estaba parado con sus hermanos detrás, los tres en posiciones defensivas, las cuales no duraron ya que cuando me reconocieron sus rostros se llenaron de alegría.

-Papá –Pronunciaron al mismo tiempo y se abalanzaron sobre mí.

-¿Cómo estás pequeños soldados? –Los saludé y me puse a su altura -¿Y su madre?

-No está, salió –Respondió Mattheo.

-Ya veo –Me levanté y los cuatro entramos al apartamento –Vayan por sus cosas, vendrán conmigo.

Los tres salieron corriendo y regresaron rápidamente con las maletas ya hechas.

De mi abrigo saqué una libreta y un bolígrafo, escribí una nota y la deje en la mesa junto a la invitación.

Bajé con los chicos y como siempre, Tom y Mattheo se peleaban por quien iría adelante conmigo, mientras que Azael subía a la parte trasera.

Al final ganó Mattheo y Tom decidió dormir.

Durante el viaje mi hijo más pequeño se la paso hablando de lo mucho que le gustaba su cama en Shelby Manor, mientras que Azael de vez en cuando comentaba que le emocionaba el piano de la casa.

Al llegar ya era algo tarde, pero los tres estaban felices y apenas cruzaron la puerta, los tres fueron escaleras arriba ya que a la primera que saludaban al llegar era a su hermana.

-Veo que llegaron con mucha energía –Me dijo May al acercarse y ayudarme con mi saco.

-Ellos siempre tienen energía.

-Mis padres ya me confirmaron, Grace también y vendrán junto a Clive.

-Eso es bueno, aunque no te veo muy contenta.

-Recibí eso esta tarde –Señaló el arreglo de rosas de color rosa –Significan disculpas, él no vendrá.

-Quizá está ocupado.

-Le diré a Larissa que preparé las habitaciones de los chicos.

-Bien, pero no te preocupes, todo saldrá bien, ya lo verás.

-Confió en ti.

Me dio un beso y fue al comedor, mientras que yo solo veía el arreglo que estaba en el centro del recibidor.

Ese imbécil y sus flores.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasWhere stories live. Discover now