Día Mexicano.

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POV'S LILITH.

El tiempo estaba pasando demasiado rápido, miré mi calendario y hoy por fin era el día mexicano, lo que significaba que el próximo viernes todos los extranjeros regresarían a casa y Hogwarts entraría en periodos finales.

Eran apenas las seis de la mañana cuando tuve que bajar a las cocinas para poder gestionar la preparación del bufete y a eso de las diez ya estábamos en el gran comedor decorando todo.

-¿No crees que le diste demasiado protagonismo a Mexico? –Me dijo Paola –Hay más producción y fueron más gastos.

- Es mi país y todo lo pagó Shelby Company -Respondí mientras me encogía de hombros.

- Sabes, me resulta extraño verte así.

- ¿Cómo?

- Mejor que yo, en México era al revés, pero resulta que aquí eres una especie de reina.

- Soy una Shelby Grindelwald, claro que soy mejor que tú.

- ¿Por qué a pesar de todo decidiste tratarme bien?

- Porque aunque no lo creas, mi vida no gira en torno a ti, además aquí no representas ningún peligro o amenaza para mí, sin mencionar que el simple hecho de tener los apellido que tengo son suficientes para que tú te sientas inferior a mí.

Paola y yo teníamos historia en México, ella la patrona y yo la criada, sus tratos nunca fueron mejor que los de su hermano y admito que verla me causó un impactó fuerte, sin embargo, ella al igual que Juventino solo son un mal sabor de boca, ninguno podía hacerme daño de nuevo.

-¿Listos? –Pregunté mientras me ponía mi penacho y todos asintieron – Es hora del show.

POV'S DRACO.

A la hora acordada, alumnos y profesores nos encontrábamos afuera del gran comedor, la mayoría admirando la decoración de la puerta, ya que era inexplicable.

Maíz, pan, trigo y algunas flores eran lo que decoraban aquellas puertas gigantes y justo en la parte superior se leía "Mictlán"

Las puertas se abrieron y un camino de pétalos naranjas, aserrín de colores y velas se hicieron presentes, hipnotizados por tal belleza exótica avanzamos en las penumbras, ya que el salón estaba iluminado tenuemente por algunas velas.

En cuanto se aseguraron de que todos habíamos entrado las puertas volvieron a cerrarse.

El sonido de una concha marina nos alertó a todos y el olor del incienso nos hizo mirar hacia el frente, seguíamos con poca visibilidad pero el ruido de una especie de cascabeles se hizo presentes, fue entonces que hubo un poco más de luz y lo que había frente a mí me dejó hipnotizado.

Esa mirada peculiar miraba fijamente al frente, una corona de plumas adornaba su cabeza, su ropa cubría lo necesario y varias joyas adornaban su cuello y brazos, joyas tan únicas y raras como ella.

-Sean bienvenidos mortales, ahora se encuentran en e l mictlán –Comenzó Shelby –Hoy es el turno de los dioses Aztecas para mostrar solo un poco de nosotros, hemos decidido celebrar algo que podría asustar a más de mucho, pero que es sagrado para nosotros –Ella sonrió maliciosamente dejando a más de uno con la duda –El día de muertos.

Al terminar aquella frase unos tambores hicieron su aparición, ella y cuatro personas más comenzaron a bailar de una forma primitiva pero a la vez cautivadora.

Terminaron su danza y el lugar explotó en aplausos, ella dio un asentimiento se encendieron las luces y el lugar se veía increíble con papel de colores en el techo, las mesas con manteles coloridos y una vajilla de barro.

La Quinta Shelby: Secretos y MentirasWhere stories live. Discover now