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| | Cap. 6 : Sonrisa | |

—Eres un bruto.

—¿Me recuerdas por qué vine contigo?

—Ya te lo dije, rompiste tu chaqueta en tu última pelea.

—Pude haber venido a comprarme otra sólo —se quejó.

Atsushi lo miró fijamente con una mueca que delataba el hecho de que ponía en duda ese comentario, en especial teniendo en cuenta que habían pasado meses completos desde la última vez que habían salido sin la compañía del otro.

Además, ni aunque quisiera hubiera podido probarse la ropa a gusto teniendo en cuenta que tenía que usar un cabestrillo en el brazo.

Era sorprendente lo cercanos que se habían vuelto aún pese a ser polos completamente opuestos

Seguía sin entender cómo era que Akutagawa aún no lo tiraba de un edificio, pero no se quejaba.

El cabestrillo había resultado necesario ya que Ryuunosuke se había dislocado un hombro en su última pelea.

Atsushi no tenía muchos detalles sobre el pequeño altercado, no se había molestado en preguntar por el contexto de la pelea en su momento, su prioridad había sido Akutagawa. Una vez iban de regreso a casa del hospital finalmente tuvo la necesidad de preguntar, pero el contrario tampoco dio muchos detalles sobre el motivo que había dado pie a la pelea física.

Él se había limitado a dejar de preguntar.

—En lugar de estar preocupado por mi chaqueta rota, deberías estar en clases.

—No es tan importante.

—Falta menos de un mes para el final del semestre y ya te has saltado muchas clases conmigo —se cubrió la boca con una mano y dejó salir algo semejante a una risa cínica—. Hasta me haces sentir una mala influencia.

Se limitó a rodar los ojos.

—Pero hoy mis clases empiezan tarde.

—Mentira, ya te perdiste dos clases de medicina.

—¡¿Memorizaste mi horario?!

—¿Realmente creíste que ibas a poder engañarme después de todo este tiempo? Además, ni siquiera sé por qué te preocupas tanto por una chaqueta rota, no es como si me importara como me veo.

—Me preocupa tu salud. La época de frío está a la vuelta de la esquina y no voy a ser tu enfermero personal.

Lo vio rodar los ojos para sucesivamente mirarlo de manera despectiva.

—No es como si yo quisiera que fueras mi enfermero personal —le espetó—. Ya mejor vámonos.

A estas alturas Atsushi ya ni se inmutó, estaba muy acostumbrado a recibir esas miradas junto con constantes amenazas de ser arrojado por una ventana.

—Voy a preguntar si puede haber cambios y voy a comprar esta chaqueta.

—¡¿Me estás escuchando, Jinko?!

[ Más tarde... ]

A Atsushi no le acomplejaba mucho la idea de faltar a clases, sus maestros normalmente no tomaban lista y se llevaba lo suficientemente bien con una buena parte de sus compañeros como para que le pasaran las tareas y los apuntes.

Pero, Akutagawa lo había prácticamente arrastrado al edificio de su facultad para obligarlo a tomar las últimas dos horas de clase que tenía ese día.

No estuvo tan mal, pero lo único que quería era que la clase terminara.

Y cuando lo hizo, se olvidó completamente de pedir los apuntes de las clases perdidas, ya lo haría después por teléfono.