𝘑𝘶𝘭𝘪𝘢 quiere ir a la fiesta más importante del año, pero un cambio de planes la obligará a pasar la noche de fin de año con Samuel, el odioso hijo de los amigos de sus padres.
𝘔𝘢𝘪𝘢 quiere montar su primera fiesta en casa, pero tendrá que p...
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𝚄𝚗𝚊 𝚑𝚘𝚛𝚊 𝚢 𝚖𝚎𝚍𝚒𝚊 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜 𝚍𝚎 𝚖𝚎𝚍𝚒𝚊 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎 ༻✦༺ ༻✧༺ ༻✦༺
Suerte que Ian me había enviado un mensaje con la localización de la nueva fiesta, casi al segundo de que el padre de Maia me cerrara la puerta, porque ya me había dado por vencida y tenía intención de pasar la última noche del año enterrada entre mis sábanas viendo alguna comedia romántica de la televisión.
La fiesta no estaba mal. En realidad, era mucho mejor de lo que me esperaba, con Aaron nunca había ido a ninguna fiesta sin padres. Es más, por no ir, no había ido ni a una fiesta de pijamas.
Quería disfrutarla, pero había algo dentro de mí que no me dejaba, que me arrastraba hacia el fondo de un pozo del que no veía el final. Maia había intentado animarme, antes de viciarse al juego del birra-pong. Pero ni eso podía ponerme de buen humor. Era como si algo tan fuerte como la gravedad se empeñara en mantener mi sonrisa boca abajo.
-Creo que eres la única persona en esta fiesta que no está bebiendo nada
Me giré y me encontré con los ojos azules de una chica que no había visto en mi vida. Su pelo, rubio ceniza, le caía por los hombros y sus labios estaban arqueados en una sonrisa amigable.
-Creo que me voy a ir en breves -confesé
La chica ladeó su cabeza y acto seguido se sentó a mi lado, en ese sofá que me había apropiado.
-Como anfitriona de esta fiesta, necesito saber qué es lo que te hace irte.
Arqueé las cejas, sorprendida. Así que, ¿aquella chica era la verdadera anfitriona de esa fiesta? Si había ayudado a Ian y Maia es que era buena gente.
-No tiene nada que ver con esta fiesta, soy yo -Con más razón -añadió -. Vamos a hacer una cosa, yo te invito a una cerveza, tú me cuentas qué te pasa y, si después de soltarlo continúas queriendo irte, no me opondré.
Me reí ante esa respuesta, no conocía a esa chica, pero ya me había logrado sacar más sonrisas que los demás en todo ese rato.
-De acuerdo -respondí.
Al final, no tenía nada mejor que hacer esa noche.
La anfitriona me llevó hacia la barra de bebidas y me llenó un vaso de plástico de cerveza que olía a pis.
-Me llamo Olivia, por cierto -dijo acercándome su vaso para que lo brindara -Yo soy Mia -contesté, imitando su gesto -Y bien, Mia. Cuéntame ¿Ha sido un desamor?
Alcé las cejas y me llevé el vaso a la boca antes de contestar. Olivia tenía algo que hacía que quisiera contarle mi vida. Como una energía que solo tenían algunas personas en el mundo, tan transparente que te hacían sentir arrulladas en medio de un huracán.
