Arcadis: El juego ©

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Dedicado a Ldiiaa18 ❤️

«Dos segundos»

Astra

Decir que estaba nerviosa sería quedarme corta. En especial porque el nuevo plan había sido mi idea y si salía mal, recaería sobre mí.

Habíamos hecho las últimas mejoras de nuestros trajes y armas, enfocándonos en que Cayla subiera todo al máximo en cuanto a daño, y mi traje tuviera una mejor velocidad. Los del otro equipo llegarían dentro de pocos minutos, así que mis nervios se dispararon.

—Sigo sin estar de acuerdo —murmuró Cassian.

Los tres nos encontrábamos recostados de una de las paredes de la base, bebiendo una infusión que nos permitiría recuperar energía en tiempo récord. Nos había costado unas cuantas fichas, pero la necesitábamos.

—Yo creo que es un buen plan —respondió Cayla, sin mirarnos—. ¿Arriesgado? Bastante. Pero ellos no lo van a estar esperando, Cassian. Es lo único que podría sorprenderlos y abrirnos un espacio para ganarles.

—¿Y si no funciona?

—¿Tienes una mejor idea? —le pregunté, cruzándome de brazos.

Él no respondió e incluso lució un poco frustrado al darse cuenta de que mi idea, por más peligrosa que fuera, era casi que la única que podía darnos una oportunidad. Cayla se alejó de nosotros para echarle un vistazo al perímetro, dejándonos a Cassian y a mí solos.

Era la primera vez en todo el día que volvíamos a quedarnos solos después del beso.

Aún no podía creer que había tomado la iniciativa de besarlo, o que él me hubiera correspondido con tanta efusividad, casi como si lo hubiera estado esperando durante mucho tiempo.

Recordarlo causó un nudo en mi estómago, e hice lo posible por concentrarme en el segundo juego, porque no estaba lista para volver a casa. No estaba lista para que volviéramos a la «normalidad».

—Cassian...

Me miró de reojo, no con frialdad o desinterés, sino con verdadera atención.

—Tienes que confiar en mí —añadí—. El plan puede funcionar.

Suspiró y luego relajó su cuerpo, antes de girarse por completo en mi dirección.

—Por supuesto que confío en ti, ese no es el problema. Sé que harás lo posible para que el plan funcione, pero ¿y si ellos están preparados para eso y te tienden una trampa?

—Entonces perderemos.

—La respuesta que me moría por escuchar. Ahora estoy mucho más tranquilo, gracias.

Di un paso hacia él y le sonreí.

—Gracias por preocuparte por mí —murmuré.

—No es eso.

Hice caso omiso y proseguí:

—Los tres hemos entrenado para esto, estamos listos. De hecho, hemos jugado muy bien. Hubiéramos ganado de no ser por un pequeño descuido... Aún podemos ganar hoy, pero para ello, los tres necesitamos creerlo.

—Ella tiene razón —escuchamos a Cayla a través del auricular y nos giramos para verla en la distancia—. Necesitamos que el Cassian engreído y con exceso de confianza regrese. Perdimos un par de batallas, pero no la guerra.

—No soy un engreído.

Cayla y yo lo miramos, mas no respondimos nada. Él puso los ojos en blanco e hizo el intento —fallido— de contener una sonrisa. Me gustaba la nueva dinámica de nuestro equipo y la confianza que empezábamos a tenernos.