Capítulo 12

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Todos estamos en el mar sobre nuestros Ilus, la familia Sully y la familia de Tonowari, pero el escenario en el que nos encontramos es aterrador. Vemos a la hermana espiritual de Ronal junto a su cría, flotando, muertas. Ronal se baja de su Ilu y llorando se acerca a su hermana espiritual.

    —¿Qué es esto, Tonowari?—pregunta entre llantos, volteo mi cabeza y veo a Tsireya también al punto de que le salgan lágrimas, del otro lado, Aonung parece estar en shock—¡¿Qué es esto?!—vuelve a preguntar llorando.

    Todos quedamos impactados, en general porque sabemos que esto es obra de los humanos, y nos dimos cuenta que en una de las aletas del animal, está clavado un geolocalizador.

    Todos volvemos a la aldea y nos ponen en el centro, con todos los aldeanos del Clan Metkayna mirándonos mal.

    —Mi hermana espiritual, y su bebé... fueron asesinados por las personas del cielo—acusa Ronal señalando a Jake. Todos hacen sonidos de enfado y asombro hacia nosotros.

    —¡Esta guerra ya llegó a nosotros! Sabíamos de la caza hacia nuestros Tulkun, pero estaba en el horizonte, muy distante—acusa Tonowari—¡pero ahora está aquí!

    ¿Acaso esto significa que ya habían señales de que nos estaban buscando? ¿Los han estado buscando en otros clanes también? El rostro de Jake es de pura culpabilidad, Neteyam parece sorprendido por no haber sabido esto. Kiri parece asustada de que seamos el centro de atención, que nos estén  inculpando por esto. Los humanos con cuerpos de na'vis nos han estado cazando.

    Neteyam mira a su padre buscando respuestas en sus ojos. Si nos han estado buscando en otros clanes significa que hay muchas probabilidades que hayan sido brutalmente agresivos con los otros aldeanos... y no se aprueba que Jake haya dejado eso pasar, no se aprueba que no le haya comunicado nada de eso a su familia. Pero entiendo que lo haya hecho para resguardar nuestra protección mental.

    —Las personas del cielo...—intenta hablar Jake, pero todas las personas hacen bulla y no permiten que hable.

    —Escúchenlo—ordena Neteyam e impresionantemente le hacen caso.

    —Las personas del cielo no se conformarán con esto, deben decirle a sus hermanos y hermanas Tulkun que se muevan de este océano—mira a todos los aldeanos—¡díganles que se vayan de aquí!—ruega.

    Neteyam parece demasiado confuso y preocupado, al igual que yo. Se lo ve agitado y desesperado tal como su padre.

    —¿Qué? Vives entre nosotros, y no has aprendido nada—le reprocha Ronal, casi llorando.

—¡Lucharemos para proteger a nuestros hermanos y hermanas!—grita otro alzando su lanza con pasión. Todos los demás le siguen dispuestos a hacerle caso.

    —No, no, no—digo yo intentando calmarlos. Aonung también estaba dispuesto a hacerle caso al hombre, pero se calla cuando le dirijo una mirada de ruego, ordenándole hacer lo mismo a Rotxo y este le ordena a los demás callarse.

    —Si deciden atacar—vuelve a hablar Jake aprovechando el silencio—si deciden pelear, ¡ellos los destruirán! ¡destruirán todo lo que aman!—advierte Jake desesperado.

    Todos comienzan a gritar nuevamente, haciéndome sentir desorientada y demasiado preocupada como para poder pensar.

    Nadie lo escucha, todos continúan gritando decididos a pelear contra los humanos, sin saber aún a lo que se enfrentarían.

    Yo sigo en shock sin saber qué hacer o cómo reaccionar. No solía estar rodeada de mucha gente, ya que crecí un poco alejada de todo eso, e incluso desde que soy amiga de los Sully no he estado en medio de multitudes, y ahora... tantos gritos, tantos na'vi discutiendo, tanto desespero... me hace quedar en blanco. Siento que alguien me toma de mi codo y vuelvo para ver quien es. Cuando mis ojos cruzan con la mirada apaciguadora de Kiri, me siento un poco más resguardada.

NeteyamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora