Especial

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Es de noche, todo oscurece en el bosque y lo único que nos alumbran son las luces fluorescentes de las plantas y del manantial cerca. Neteyam y yo bajamos de nuestros Ikran justo después de Neytiri y Jake. Cuando estamos a punto de seguirlos, Jake se voltea hacia nosotros.

    —No—nos dice el jefe de la familia Sully—ustedes nos esperan aquí.

Neteyam y yo cruzamos miradas como si nos hubiéramos esperado esto, suspiramos cansados que no nos deje participar en estas pequeñas batallas que nos hacen las personas del cielo.

—Soy un guerrero como tú, padre. Debo pelear—discute Neteyam harto, sus expresiones faciales son de indignación y furor.

—No, ya lo dije, quédense aquí. Silu no hagan ninguna tontería—se dirige a mí con una mirada de advertencia.

—Ya no somos niños, señor—le respondo seria, Jake parece no aceptar mi respuesta—no haremos nada imprudente—bajo mi mirada y luego rodeo mis ojos. Escucho el suspiro de molestia de Neteyam, lo veo y pasa su lengua por sus labios con rabia.

—Bien, vamos amor—le dice a Neytiri que solo nos observa con cuidado, con advertencia en sus ojos.

Quedamos solos cuidando a los Ikran, sin acción. Vinimos con nuestros arcos y flechas, armas y con muchas ganas de luchar para que nos dejen cuidando a los Ikran, no es justo. Neteyam se voltea para asegurar las riendas del animal, pero escucho su respiración pesada en símbolo de estar enojado.

—Neteyam...—me acerco a él y le pongo una mano en medio de su espalda alta.

Se voltea hacia mí con furor en sus ojos, enojado, su mandíbula se tensa y se acerca más a mí.

—¿Hasta cuándo va a pasar esto?—se queja con la voz pesada y ronca—¡Tú y yo somos guerreros Omaticaya! debemos pelear, y ellos... simplemente hacen todo el trabajo solos—señala el camino por el que se fueron sus padres con furia.

—Lo sé... es demasiado injusto que no podamos interferir—respondo mirando aquel camino.

Escucho como la respiración pesada de Neteyam se calma, me volteo hacia él y lo veo sobarse la cara con sus manos, luego las pone sobre sus caderas y centra su mirada en mí. Ambos estamos serios, con un mal sabor de boca por lo de Jake y Neytiri, hasta que una pequeña sonrisa traviesa apareció en el rostro de Neteyam. Sus ojos son de depredador y logra comenzar a intimidarme. Me pongo recta.

—¿Qué?—pregunto apretando mi mandíbula para evitar sonreír mucho.

Entonces él da un paso más hacia mí, aún mirándome desde arriba con sus ojos amarillos, llenos de furor y valentía. Quedamos a una distancia nula, en donde nuestras piernas se logran rozar una con la otra, y entonces él rodea mi cintura con sus manos y me aprieta hacia su cuerpo.

—¿De repente te pusiste cariñoso?—bromeo poniendo mis brazos alrededor de su cuello, él sonríe mostrando sus bellos colmillos.

Se acerca y me susurra en el oído.

—Este bosque me trae recuerdos—me hace estremecer susurrando tan cerca de mí, con su voz tan decidida y masculina. Con lo que me dijo, hace que me ruborice recordando la vez en que finalmente nos entregamos el uno al otro en este mismo bosque.

Se separa de mí y me ve sonriendo levemente, pero con ganas de deseo en mis ojos, así como veo el deseo en los suyos.

Sube una de sus manos hasta mi cuello y mejilla y me acerca a él, con su otra mano en mi espalda baja, me atrae más hacia su cuerpo.

Me regala una mirada feroz de deseo antes de plantar un beso en mis labios, nos besamos lentamente cambiando lugares, él arriba, y abajo, hasta que poco a poco el beso se comenzó a poner intenso. Yo jaleo y él sonríe plácidamente aún dejando besos por mi cuello y pecho, vuelve a mis labios y los devora completamente.

NeteyamWhere stories live. Discover now