Capítulo 10: Bajo la lluvia.

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Lia, abre la puerta de la cafetería, con una espléndida sonrisa por las traviesas intenciones de molestar a Daniel. Tiene su mochila con ella ya que acaba de salir de la universidad y como tiene que leer un libro para mañana, no se le ocurrió mejor idea que hacerlo aquí.
Fuera de encontrar más que miradas curiosas de las personas que están en la cafetería, hacia su expresión alegre, ella pasea su vista por el lugar buscando a Daniel, pero no lo encuentra.
Lentamente, su sonrisa se desvanece mientras toma asiento en una las mesas libres. Por inercia mira la hora en su móvil comprobando que es la misma hora en la cual lo había visto llegar antes, así que comienza a hacerse la idea de no verlo hoy.
Quizás no fuera buena idea haber venido   más cuando tiene que estudiar para una de sus clases ya que pasa más de media hora y no lo ve, así que renunciando muy rápido, se levanta de su lugar un poco decepcionada, sin embargo, en la puerta casi se da de frente con Lucila, quien recién llega.

— Oh..hola— saluda Lia, simpaticamente pero no puede notar la misma energía de siempre en Lucila, es como si estuviera conteniendose por ocultar lo imposible;  una expresión triste que queda en evidencia con ese brillo en sus ojos cristalinos, señales de que estuvo llorando.

— Lia...— pronuncia Lucila, creando una mueca más que una sonrisa.

— ¿Se encuentra bien?—

— Claro que sí— responde rápidamente,
— ¿Vienes a ver a Daniel?

Lía, asiente con la cabeza lentamente.

— Ahh él..– ahí va de nuevo esa sonrisa falsa, — no creo que venga.

— ¿Le pasa algo?—se precipita Lia, tratando de unir los puntos de lo que sucede, entre lo que puede observar de Lucila.

– No, no— ríe nerviosamente, — pero..— de repente posa su mano sobre el hombro de la joven mirándola fijamente, como si eligiera con cuidado sus palabras, — tu eres su amiga, ¿no?

— Si lo soy— lo dice, sonriendo.

— puedes hacerle compañía porque él lo necesita, lo necesita ahora— se nota en la forma en la cual lo dice, la tristeza que carga. — Te diré donde puede ser que lo encuentres— termina, dibujando una leve sonrisa tranquilizadoce a si misma...

Lia, pide un taxi que la lleva directo al lugar señalado por Lucila, siendo este sitio un lugar muy particular que no conoce. Hay una plaza concurrida por niños, un poco deteriorado ya que hace mucho tiempo que está alli. Unos metros más allá hay una especie de colina donde hay un galpón vacio entre escondido por los árboles. Daniel está alli, en esa colina.
Lia, lo ve  de espalda mirando hacia el frente a ningún punto en específico ya que no hay movimiento en esa dirección. Caminando sigilosamente hacia él, deja su mochila sobre la moto de Daniel, acercándose sin ser anunciada y de la misma manera termina parándose a su lado tomándolo por sorpresa

— Hola amigo— habla la joven pero en el momento que sus ojos se encuentra con los de Daniel, lo nota extrañamente apagado.
El chico del cual no podía leer sus expresiones, ahora si puede hacerlo ya que está totalmente expuesto, es más, nisiquiera esperaba verla aquí.
— Daniel...

— ¿Qué haces aquí?— corta Daniel, frunciendo el ceño, -Mi madre te envío...

— No— Salta Lia, pensando rápidamente en alguna mentira pero antes de poder decirlo, Daniel da media vuelta con intenciones de irse. — Espera.. — la joven lo toma del brazo deteniendolo, dificultosamente.

— Vete de aquí— ruge Daniel mirándola fijamente pero siente como Lia, aumenta el agarre en su brazo, como si con ello lo retendrá por más tiempo. Está a punto de decirle una oración que puede herirla sólo para que se vaya, cuando un par de gotas chocan sobre su piel y en un instante la lluvia comienza a tomar protagonismo con mucha intensidad.

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