XXXII

371 77 4
                                    

—Seokmin, Seokmin, espera...

El chico mudo no parecía querer aflojar el paso.

Y de nuevo, no sabía porqué huía.

Quizás era porque estaba demasiado avergonzado, porque tenía demasiado miedo, ni él sabía de qué.

—Seokmin —Joshua tomó su muñeca y lo hizo voltear, frenando su paso a apenas un metro de su habitación.

Sus ojos se encontraron y la mente de Joshua se quedó en blanco, ya ni siquiera se acordaba de lo que iba a decir, de lo que había practicado.

Seokmin ladeó su cabeza, su cabello cayó un poco frente a sus ojos.

—Yo... —comenzó el rubio, sin saber cómo seguir—, había preparado algo, pero ya... No lo recuerdo —soltó una risa nerviosa—, ¿Te importa si improviso?

Seokmin se giró un poco más hacia él, esperando lo que tenía que decir, se sorprendió un poco cuando la mano de Joshua bajó de su muñeca hacia su mano, tomándola.

—Seokmin, me gustas —dijo—, mucho. Y esto es hace bastante tiempo. Me gustas desde antes del beso, Seokmin —sonrió cuando el pelinegro abrió los ojos con sorpresa por esas palabras—. Quiero cuidarte, estar a tu lado todos los días, hablar contigo por horas antes de dormir —Joshua sonrió—. Yo... No puedo decir desde hace cuánto es así. Sólo se que te quiero, que te quiero tanto que creo que te amo.

Y esa era la única seña que Joshua recordaba.

Alzando la mano en un puño, levantó su dedo meñique, pera luego estirar el dedo índice y el pulgar.

—Te amo.

𝗠𝘂𝘁𝗲 キ 𝘴𝘦𝘰𝘬𝘴𝘰𝘰Место, где живут истории. Откройте их для себя