𝐀 | ❛I see you, you see me, how pleasant this feeling.❜
━━━ Tienen un secreto; se gustan, se buscan, pero no se atreven a dar el siguiente paso, no quieren poner en riesgo todo lo que construyeron...
-¿Te cogiste al DT de la selección argentina?
...
Fueron millones las veces que Victoria Ángelo se encontró parada en su arco, con los guantes de cuero puestos, la piel recubierta de una capa de sudor y una goleadora experta frente a ella, lista para chumbar la pelota directo a meta. Fueron millones las veces que el sostener o no una copa recayó completamente en su espalda.
Victoria Ángelo se interesó por el fútbol a una temprana edad; inicialmente, gracias a su padre. Un aficionado del fútbol, fanático del 10, como todos. Habiendo esperado a un hijo toda su vida, cuando nació una hija en su lugar, lo único que pudo hacer para consolarse a sí mismo fue inculcarle a su descendencia todos sus ideales. Había criado a una hija como un hijo, esperando poder convertirla en uno.
A Victoria le regalaron su primera pelota de fútbol cuando tenía seis. Para ese entonces, ya conocía el deporte, habiéndolo visto a Diego Maradona incontables veces en la televisión, pero jamás se había interesado profundamente por este. Sin embargo, cuando su tío le regaló aquella pelota, fue como si alguien hubiese accionado un interruptor dentro de ella, despertando su hambre por el deporte.
Cuando su papá se enteró de esto, sintió un breve rayo de orgullo. Algo estoy haciendo bien, pensó.
Anotó a su hija en el Club Atlético Huracán, en Buenos Aires, y aunque esperaba haber podido concebir al menos una verdadera goleadora, su hija de inmediato se interesó por el arte de atajar. En tan solo algunos meses, ya se había conseguido sus propios guantes y atajaba pelota por venir.
Sin embargo, incluso cuando el Club Atlético Boca Juniors la reclutó a eso de los quince años de edad, Victoria sabía que su padre aún sentiría cierta decepción hacia ella. Ella crecía junto con su carrera futbolística, pero para él, aquello nunca era suficiente. Aunque fuera la mejor, tenía que ser mejor.
De chiquita, el objetivo de Victoria siempre era complacerlo como pudiera. Entrenaba hasta el fracaso durante horas todos los días, destrozándose a sí misma en un intento de mejorar, y cuando volvía a su casa pero no recibía una sonrisa o un abrazo consolador de su padre, sabía que no estaba haciendo lo suficiente y se empeñaba en hacer más.
Cuando cumplió dieciséis, Victoria llamó la atención del Real Madrid Club de Fútbol. Fue una decisión difícil, ya que esta conllevaba tener que mudarse a España. Hija de una madre con Alzheimer's y de un padre arrogante y ausente, no sabía si quedarse o irse: egoísmo o auto-destrucción. Sabía que la opinión de su padre en cuanto a su carrera futbolística ya no importaría una vez que estuviera en España, pero igualmente, sus ojos siempre la perseguirían a donde quiera que vaya.
Pero aceptó la oferta y se mudó a Madrid a eso de los diecisiete para jugar en el Real Madrid como arquera de la sub 17. No le fue muy bien en un principio, pero en el 2011, a los dieciocho años de edad, Victoria por fin marcó su debut durante el Campeonato Mundial de Clubes sub 18, del cual el Real Madrid salió campeón.
A partir de ese momento, muchos otros clubes se interesaron en ella, enviándole ofertas para reclutarla, dispuestos a comprarla para sí. Pero ella se mantenía leal al Real Madrid, ya que, de cierta forma, había sido aquel el club que la había rescatado de la miseria que vivía junto a sus padres. Bueno, hasta que la contactaron de nuevo de Argentina.
Tenía veintidós para ese entonces. No había vuelto a su país natal en casi cinco años, por lo que, ante la oferta de reclutamiento para jugar junto a la selección argentina mayor, no pudo negarse.
Durante los últimos ocho años, Victoria Ángelo ha sido la arquera titular de la selección argentina, tanto como del Real Madrid. Con un historial de tres lesiones en su rodilla derecha y múltiples luxaciones de los tejidos blandos de sus dedos, pero varias rachas a destacar, Victoria encontró su camino a la capitanía de la selección argentina femenina y, eventualmente, reconocimiento a escala global durante el mundial femenino de 2019.
En cuanto a su carrera, Victoria no podría pedir nada más. Pero en su vida falta algo.
Victoria nunca se enamoró. Tuvo sus relaciones, sus aventuras de una noche, pero nunca experimentó el amor en ninguna dirección. Nadie nunca la amó y ella nunca amó a nadie, y a veces se pregunta si es capaz de hacerlo, o si realmente quiere hacerlo.
Sabe que le pueden romper el corazón en más de dos pedazos y saberlo hace que le cueste horrores poder abrirse ante otras personas. Pero cree que esta dispuesta a intentarlo.
Sin embargo, no cree que su oportunidad vaya a aparecer junto al director técnico de la selección masculina, Lionel Scaloni, que, después de una pequeña aventura de una noche años atrás, nunca dejó de pensar en Victoria Ángelo.
