𝐅𝐑𝐈𝐄𝐍𝐃𝐒 | Neteyam x Lectora

𝟗 | 𝐯𝐨𝐥𝐚𝐰

Capítulo 9: El regreso de las personas del cielo.

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Las cosas cambian rápido, y el pueblo de los Omaticaya tiene experiencia en ello, lamentablemente.

El pueblo ya no vive en armonía, el bosque no canta prosperidad y el cielo gris llora cada día; porque las personas del cielo regresaron. En un abrir y cerrar de ojos, las vidas de todos cambiaron, y una guerra que se creía ganada, sólo estaba calentando motores.

Los Sully fueron quienes más cambios sufrieron. En el seno de una familia de líderes, Jake Sully y Neytiri dejaron su rol de padres y se enfocaron en proteger a su pueblo, buscando nuevos refugios y armando a los guerreros y cazadores más jóvenes.

Neteyam rápidamente se unió. A pesar de que su madre se negó rotundamente, Neteyam cada día se parece más a un soldado que a un na'vi de 15 años. Sus responsabilidades dejaron de ser el cuidado de sus hermanos, y ahora carga también con cuidar los ataques a la RDA junto a sus padres.

La vida de t/n también cambió. Aquella chica tímida y solitaria debía encontrar, como todos los demás, un lugar donde no estorbar en medio de una batalla. Rápidamente, t/n se encargó de cuidar a los pequeños na'vi de la aldea. Pequeños de la edad de Tuk, niños cuyos padres salían en sus Ikran a pelear con los humanos, y alguien debía cuidarlos. 

Neteyam y t/n parecían demasiado ocupados ahora mismo. Pero la amistad siempre halla el tiempo correcto.

Más bien, el destino siempre lo encuentra.

Más maduros, más grandes, Neteyam más alto y t/n con un cabello más largo, aún tenían tiempo para su amistad. Pronto, Neteyam tomó la costumbre de llegar a t/n luego de cada ataque, para contarle de su día y hallar un momento de paz.

Pero no importaba cuanta paz pudiera brindarle t/n, seguían en medio de una guerra.

t/n también se acostumbró a la constante presencia de Neteyam, a su compañía, a sus abrazos y a su olor. A su cariño, que cada día la confundía más y le afirmaba, que estaba completamente enamorada de él.

Pero no importaba cuanta compañía pudiera darle Neteyam, ella seguía estando sola, seguía siendo nada más que su amiga.

Pero los cambios profundos tardan en llegar.  Y Eywa, la arquitecta de grandes amores, sabe bien de ello.