Solitario, Harry | drarry

♡; Sin piedad ⋆

Capítulo 54

Un día es lo que había pasado.

Severus se había recompuesto lo suficiente, sus músculos ya no temblaban por la maldición cruciatus y sus ojeras ya no estaban tan marcadas. El descanso y la magia curativa habían hecho maravillas con su cuerpo.

Harry se había alegrado de verlo al fin de pie, pero inmediatamente su alegría se vio tirada a la basura ya que fue llamado de nuevo por el Señor Oscuro.

Quería detener todo esto, quería destruir los horrocruxes, encontrar a Draco y ser feliz. ¿Podía obtener todo eso? ¿O la vida le iba a dar un golpe una y otra vez?

Habían pasado dos horas cuando el sonido del la chimenea los alertó a todos. El Director Dumbledore estaba pálido.

—Es Hogsmeade están atacando allí.

Todos se pusieron de pie rápido y sus varitas listas.

Harry iba a ir, no estaba en discusión. Se propuso a ponerse en marcha, repasando en su cabeza que es probable que Voldemort aparezca y que tendrían que enfrentarse.
Corrió hacía la habitación, y en sus manos sostuvo la poción para destruir los horrocruxes. Miró fijamente por un segundo la aguja y respiró hondo, se las guardo en el interior de su túnica, mucho más seguro de que no no se iban a romper con el arreglo que había hecho Severus.

—Harry, es hora. —Asintió con la cabeza.

—¿Remus?

—¿Si cachorro?

—Voy a matar a Voldemort. —Dijo con confianza y Remus le sonrió.

—No lo dudo.

Salieron de Grimmould Place en un silencio sepulcral, sólo el ruido de respiraciones y pisadas que hacían eco en las calles solitarias. Harry agarró el brazo de Remus y se aparecieron en Hogsmeade.

Fue... desconcertante, el cambio a un silencio al ruido de batalla, olor, y vista de cadáveres. Harry no pudo evitar sentir la rabia en su cuerpo, ¿Es que Voldemort no veía lo que estaba haciendo? ¿Lo que le estaba haciendo a los de su propia especie? Todo por un discurso de superioridad que terminaba afectando a inocentes.

Su mente no podía pensar en nada más que en sobrevivir, miró las figuras con máscara de los mortifagos, tratando de descifrar si aunque sea Rookwood estaba allí, pero no había nadie que pudiera reconocer, al menos no desde la distancia. Se acercó un poco más pero fue lanzado en el aire y su cuerpo golpeó el suelo con fuerza. Es probable que tenga un par de moretones pero era lo que menos le importaba. Volvió a ponerse de pie, hechando un pequeño vistazo, sobre todo a sus amigos que estaban peleando.

—¡Traidor! ¡Te amaba, Theo! —La voz sonaba llena de rabia. Contuvo la respiración cuando vio que Theo estaba peleando con su propio padre y se acercó a cubrirlo de inmediato.