XL.

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MIKE 

Han sido días difíciles, desolados y llenos de tristeza. Toda esa magia que había a mi alrededor se esfumó en un parpadeo y no hay nada que me haga sentir esa felicidad que June se llevó tras su partida. He tratado de ponerme en su lugar, de entenderla y darle el tiempo y espacio que me pidió, pero la necesito cada segundo para vivir. La extraño, no hay día que le deje mensajes en su teléfono y la piense, asegurándole en cada palabra que siempre la amaré y la esperaré.

No importa si son años, aun así, sabiendo que su corazón me pertenece, esperarla se convierte en una verdadera tortura. En el pasado esperaba en sueños el momento en que aceptara mi amor y lo correspondiera, pero ahora todo es diferente. Yo le entregué el alma de la misma manera en la que ella me entregó la suya, y no puedo tener calma alguna al saberla lejos de mí. 

Extraño el color esmeralda de sus ojos, la profundidad y dulzura con la que me observaba cada mañana y me envolvía en su ternura. Sus besos los tengo tatuados en mi ser, recorriendo y quemando esa ansiedad en la que deseo devorarla hasta arrebatarle el aliento. Deseo dormir envuelto en la calidez de su cuerpo, sentir su piel y recorrerla con esmero y devoción. Necesito escuchar su voz, que me diga que todavía hay esperanzas entre nosotros y que su amor por mí no ha muerto. 

No he salido del apartamento en semanas, ansiando recibirla entre mis brazos y amarla con locura, pero los días van pasando y ella no regresa. A veces creo que mis tíos la están ocultando de mí, después de todo, tío no está feliz con la idea de que nos amemos. 

Pero ¿por qué me mentirían diciéndome que no saben dónde está y mostrar preocupación? Nadie sabe de ella, ni siquiera su amiga Joyce que ha manifestado varias veces su preocupación, asegurándome que no es normal que se haya marchado, así como así, cuando June tenía planeado hablar conmigo. Las gemelas han estado igual, preguntado por ella cada vez que tienen oportunidad. Ni siquiera la abuela tiene idea dónde está, pues ha llamado con constancia para saber de ella. El único que se ha mantenido al margen es Kilian, lo que me hace creer que él sí sabe dónde está y no quiere decirnos, pero ha sido imposible sacarle mayor información, además de que está demasiado concentrado en la remodelación del Sensuel.

Estoy al borde de la locura, desesperado por no saber nada de ella. No sé si está bien, si sus pesadillas todavía siguen presentes, si despierta llorando en medio de la noche y se hunde a sí misma por no sentir compañía. Aunque solía escapar y escudarse de todos, sé que no le gusta sentirse sola.

Llegué al puerto una vez más, tal vez ya había noticias de June y tío decidió no decirme nada, pero en su rostro vislumbré el cansancio y en sus ojos esa chispa de preocupación que ha mantenido este mes y medio que ha transcurrido sin saber nada de ella.

—Todavía no sé nada de mi hija — fue lo primero que dijo en cuanto me vio, sirviendo dos copas de whiskey—. Así que no pierdas más tu tiempo al venir aquí, Mike. 

—Solo quiero saber que está bien, tío.

—Si lo supiera, te lo diría, pero no ha respondido mis mensajes ni mis llamadas. Tiene su teléfono fuera de servicio y así es imposible localizarla. No tenemos ninguna ubicación. El mundo es demasiado grande y ya he buscado en los posibles lugares donde pudo ir — se bebió el contenido de uno de los vasos de golpe, soltando un fuerte suspiro—. Sofía está desesperada y me preocupada por June. Ella es nuestro mayor tesoro, Mike. 

—Lo sé, tío — bajé la cabeza, sintiendo en mi pecho un dolor muy agudo—. No podemos quedarnos aquí. Tenemos que buscarla a donde sea. No pudo haber ido tan lejos. 

—Existe la posibilidad de que siga en la ciudad, pero no lo sabremos hasta que encienda su teléfono y este mismo nos muestre su ubicación. 

Buscarla ha sido como tratar de encontrar una aguja en un pajar. El mundo es demasiado grande y una persona es demasiado pequeña para la inmensidad de este planeta.

—Voy a enloquecer si no sé nada de ella — confesé—. si no regresa conmigo no me importa, pero quiero saber que se encuentra bien. Ella se fue por mi culpa. 

—No sacas nada culpándote a ti mismo, lo que debes hacer es pensar en lo que harás una vez vuelva.

Amarla, es lo único que deseo hacer, no desde ayer o porque su partida me hubiera hecho entrar razón, sino desde siempre. Desde hace mucho tiempo es ella la única mujer que quiero en mi vida. 

—¿Arreglaste la situación con esa mujer?

—No he tenido cabeza para pensar en nadie más que no sea en June. Tío, sé que piensas que solo juego con ella, pero no es así. Ella es mi todo, es la razón de mi existir y nunca voy a dejar de amarla. Cloe es la madre de mi hijo, alguien que aprecio y nada más. Hice mal en dejarme llevar por la emoción de mi primer hijo y tarde comprendí que descuidé a la mujer de mis sueños y mi futura esposa. 

—¿Esposa? — enarcó una ceja, bebiendo el otro trago que había servido para mí y no recibí—. ¿No crees que te estás apresurando, Mike?

—No — negué, esbozando una sonrisa triste—. ¿Sentiste con tía que la necesitabas cada maldito segundo del día? ¿No sentiste esa necesidad de hacerla tu esposa sin importar nada más ni el tiempo que estuvieran juntos? ¿Nunca experimentaste ese cosquilleo en el pecho al saberla en el pasamiento como tuya, como parte de tu alma, complementando ese vacío que posee todo ser humano solitario?

 —Claro que sí y eso me llevó a cometer muchas estupideces — confesó.  

—Todo ser humano enamorado comete estupideces, pero somos pocos los que amamos con el corazón y deseamos un todo con una sola persona. Mi todo es June y con ella quiero compartir hasta la muerte misma de ser necesario. No tengo necesidad alguna de mentir o de fingir, ustedes me hicieron parte de su familia y me brindaron todo el amor que me negaron desde que nací, pero jamás pude ver a June como parte de esa familia — lo miré directamente a los ojos—. Siempre la vi como mi mujer, como la única dueña de mi mundo, de mis miedos, de mis lágrimas y de mis sonrisas. Por ella amé y por ella deseo morir.

—Si con esa profundidad enamoraste a mi hija, debo confesar que me has convencido a mí también — sonrío apenas perceptible antes de darme una mirada amenazante—. Cuídala muy bien, es lo único que te voy a pedir. 

—Lo haré, pero primero debemos encontrarla. 

—La encontraremos, verás que sí — tomó su teléfono e hizo una llamada—. El mundo no es demasiado grande para mí. 


June Blaze[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora