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El olor a huevos fritos viajaban desde la cocina hasta el dormitorio de cuerpo del rubio que permanecía todavía roncando, impregnado fácilmente los muebles o cualquier objeto a su paso, solo digamos que está vez Mínho, no tenía ningún tipo de interés en seguir evitando la presencia de su marido, quién hacia lo mismo pero no con tanto afán como el castaño.

En consecuencia el familiar aroma a comida hizo que la nariz de Hyunjin sintiera que debía despertarse a comer como suele hacerlo cada mañana, solo que olía a desayuno casero, eso lo dejó intrigado por unos segundos al abrir sus ojos con pereza, debido a los rayos del sol que traspasaron la ventana chocando con su cara ensoñada.

Viendo que no llevaba nada puesto, al azar tomó su ropa interior y una ropa, cualquiera sea la que eligió, para bajar através de las escaleras encontrándose con unos sonidos extraños, tarareos según tiene entendido, concluyó que era Mínho, de no ser así tendría que sacar el arma en su equipaje para defenderse.

- ¿Tú cocinando para tu esposo? - abrió los ojos con incredulidad pensando en que mosquito le hacía picado al más bajito - que buen servicio para tu esposo, no sabía que te traía loco bebé.

El castaño lo miró aburrido por el rabillo del ojo, ahora mismo estaba conteniendo tremendos retos hacia su persona, viendo la forma de como empezar a regañarle o iniciar dicha pelea, que seguramente los dejará con la garganta seca.

- No pienso darle de comer a un bueno para nada, ¿qué eres? ¿Un manco? - bufó irónico, siguiendo con poner los alimentos en la mesa, sobre el individual redondo, ordenando todo para comer, terminando por fin de servir la leche para su gusto - además, no me ayudaste y tampoco me has dado una explicación coherente de lo que ocurrió anoche, estúpido.

- Porque no mejor me cocinas y dejas de discutir ¿mhm? - llevó su cabeza hasta atrás, apoyando esta en sus brazos estirados y doblados amortiguando su nuca - venga, tengo hambre, esposita.

Mínho se sintió ligeramente ofendido cuando volvieron a llamarle así, odiaba eso, no era un sirviente o empleado doméstico, juraba tener tendencias asesinas si se trataba de Hyunjin, le fue inevitable no agarrar el mango del sartén en su poder, giró su cabeza como el exorcista apunto de matar a su esposo.

Por suerte para el rubio, tenía buenos reflejos y el sartén golpeó la pared, aún así se quedó perplejo ante las acciones de su esposo, quién llevaba una expresión enojada y alocada a la vez.

- Bueno ... si no me quieren - tomó los emparedados de la mesa, y en un abrir y cerrar de ojos en ambas manos se los quitó, tomando un poco de café de la frágil taza, con la velocidad de un rayo, huyendo de la fiera sedienta de sangre.

- ¡Devuélveme eso jodido infeliz! ¡¡Mi desayuno agh!! - la paciencia se esfumó, cogió lo que estuvo a su alcance, saltó sobre el sofá persiguiendo a Hyunjin, que lo miraba con gracia y superioridad sobre todo al ver al castaño recorrer obstáculos, abrir puertas y esquivar lo que sea que se interpusiera entre ellos con tal de madrearlo.

Pero valía la pena, al fin y al cabo Hyunjin se había llevado su pan con tocino y huevos, y el emparedado con chorizo que había ordenado especialmente para él.

Lamentablemente dejó de perseguirlo, uno porque se le acabó el aire para seguir y dos porque lo estaban llamando por celular, ignorando él intento que hacía Hyunjin para arruinar sus planes.

- ¿A-abuela? - pospuso su enojo para más tarde, ella era su familia, no quería irritarla con su comportamiento inmaduro - ¿Qué pasó?

- Buenos días niño, aprenda a saludar, ¡ya tienes 18 años por Dios! - hizo una mueca típica de cuando metes la pata delatando sus dientes -en fin, Chan irá a la mansión hoy, ponte bonito, tocarán temas importantes pero siempre deben pedir tu consentimiento, ¿entiendes mocoso?

Mínho realmente quería escucharla y comprenderla, pero parecía que Hyunjin quería hacerlo enloquecer o era suicida psicópata por jugar con su carácter de esa forma.

"¿Cómo mierda se atreve a comer mi emparedado con una gigantesca mordida en mi delante?, incluso me está mirando como si todo fuera una absurda broma sin ningún chiste para mí, definitivamente lo mataré"

- Espero quedé todo comprendido nieto querido - el castaño se quedó en el aire, si hubiera una señal le podría haber seguido la corriente, pero no era el caso - ¿Mínho?

- Muere muer- ¿digo que? - el corazón del castaño empezó a latir desesperado por temor a ser castigado, tragó en seco antes de
responder más - aparentemente si comprendí, seré puntual y estaré preparado, lo estaré esperando con anticipación - continúo sin darle importancia al berrinche de su marido en frente, que hacía bailecitos moviendo el sándwich de un lado a otro para provocarlo, como si fuera un ganador.

- Bien, próximamente iré a visitarte, y créeme, todos los días llamo a Hyunjin para ver qué tal te estás comportando niño - recalcó intentando elevar su tono de voz al final de la oración.

- Ah ... si, creo darme cuenta

Mínho colgó, luego trató de respirar, calmandose así mismo, convenciéndose de que todo iba a pasar, solo tenía que ver la forma de persuadir a Hyunjin del divorcio o llegar a un acuerdo con él, averiguar quién lo había contratado, porque no creía para nada en sus habilidades menos en sus virtudes que parecía no tener.

- Y bien individuo, ¿me dirás algo al respecto de lo de anoche?- inquirió moderando el temperamento que por poco se le sale de las manos, mordiendo su lengua inquieta por decir groserías.

- ¿ Y qué te digo bottom?, ¿qué tienes cara de celoso tóxico nivel Dios? - mordió otro pedazo del emparedado relamiéndose los labios y chupando duda dedos uno por uno con sorna.

- ¿Yo de tí? - miró a la pared de forma cómica, es que realmente no le daba risa sus comentarios - tengo más celos de mi perro moviendo la cola a otros dueños, que de tí, por si no lo sabías - lo señaló cómo culpable.

- Entonces supongo que, ¿puedo acostarme con quién quiera siempre y cuando no las traiga aquí verdad? - llevó su mano diestra a su mentón pensativo, sus cejas juntándose conforme con lo planteado, levantó una de sus piernas, poniéndola sobre otra, mientras estaba sentado en el sofá cómodamente - interesante ...

- En efecto, todos felices, ¡solo dí que ya! ¡Joder, acepta! - su pie comenzó a pisar repetidas veces el piso ansioso de una respuesta afirmativa.

- No me presiones, soy tu cuidador y amo de esta casa - sentenció sintiendo el supuesto poder en sus manos.

- ¿Adoras que te saquen la mierda no Hyunjin?

Sus dientes se apretaban entre sí, con mucha fuerza, reteniendo el expresar su descontento.

- Déjame usar toda la colección de autos de la abuela, igual no se dará cuenta - subió y bajó sus hombros despreocupado, ocultando un secreto con su cómplice - ¿si?

- ... Bien, bien, solo no hagas un accidente o yo iré a atropellarte, y no tendré piedad - amenazó sacando sus manos, fingiendo extrangular el aire con muecas extrañas de psicópata, al mismo tiempo en que uno de sus ojos se entrecerraba constantemente por unos cuantos segundos

Hyunjin pensó que lo estaba sacando de quicio, su objetivo quizás sería hacerlo enojar tanto que moriría solito.

- ¿Es raro esa parte de tí sabes?

- ¿Eh? - dijo ladeando su cabeza con curiosidad, sin saber de qué hablaba el otro o a qué se refería exactamente.

- Es que en la boda política arreglada de la vez pasada ... - le hizo recordar

- ¿Qué con eso?

Estaba inquieto, el idioma del más alto no lograba compatibilizar con el entendimiento del más bajito.

- Me pareció haber visto un lindo gatito - habló de forma cantarina cómo en las caricaturas que solía ver de pequeño.

- Jodete, no soy un "lindo gatito" - repitió con exageración la última frase en su voz





THE CLUB ODDINARY  (◕ヮ◕) HYUNHO [Pausada]Onde histórias criam vida. Descubra agora