Dragaciano

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Un trágico cambió en ese joven proveniente Dragacius quien negó a matar a un recluta ahora elimina todo lo que se mueva, asesinó a más de quince usando su extraño poder convirtiéndose en el segundo recluta con más asesinatos, podía verse la cantidad en una pantalla sobre la arena, el primer lugar lo ocupa "Gabriel Leblanc" con cien, nadie sabe dónde está o cuando aparecerá, maestro del sigilo, sus víctimas caían sin poder verlo.

Luei cargo a Khazz entre sus hombros para llevarlo fuera de peligro en una zona de la arena donde ya no había peleas si no cadáveres.

-¡Restan 83 reclutas!-

Oye la voz del instructor, aumentan las tensiones de los jóvenes, ya no había el caos de la sangrienta batalla, comenzaron a pelear uno contra uno de manera más pulida, pues claro, solo sobreviven los más fuertes con más técnica y magnitud mágica.

Dejo a su hermano en el suelo junto a todos esos cadáveres
- quédate aquí Khazz, está vez es mi deber protegerte - volteo a examinar el área buscando protegerse de esa chica pero no encontró nada, camino un poco, la levitacion volvió, está vez no eran armas ni rocas, si no sangre y arena, había algo diferente en Luei, su mirada reflejaba odio, intimida el suave caminar y mata a quien quiere.

-¿Dónde estás?.- miro la silueta pasarle por un lado.

Esquivo los feroces y rápidos golpes de esa mujer contraatacando con un rayo azul aunque también ella logro esquivar dando un salto cargando magia en su puño intentando asestar el golpe en luei pero este dió dos pasos atrás, ese golpe al suelo impacto, y lo agrietó, pero ella giro hacia adelante pateando el pecho del Dragaciano.

-Una chica me patea el trasero. . . Que humillación - toda la sangre y arena que levita alrededor cayó, manchando el cuerpo de Luei, está vez un aura celeste salió comenzando a correr hacia ella generando brisas y en tales brisas crean chispas calcinando a aquellos que se toparon con el, esa joven sintió el peligro cerca, algo incapaz de detener con magia corporal. Llegó aunque las chispas se volvieron a su espada efectuando un tajo perfecto pero. . .

-¿¡Que carajos!? ¡Quítate del medio!- la cara bronceada de ese tipo relajado que luei observó lo detuvo, los rayos estaban paseando por todo el cuerpo del chico sin causarle daño alguno, las brisas movían el oscuro cabello semejante al vacío de gas portador de estrellas, miraba al Feldregord con sus despistados ojos negros desinteresado en tal conflicto.

-baja tu arma, quedamos cincuenta y uno, ella no será quien muera hoy - señaló al otro Dragaciano, luei enfundó su espada dirigiendo la vista hacia Khazz quien tenía encerrado a un recluta en la esfera sufriendo de dolor por las descargas producidas dentro, hasta que dejó de respirar.

-¿Tu eres Gabriel Leblanc?.

-No. . . Soy Daniel Strongear y no asesine a nadie.- desaparece de su vista al decir tales palabras.

-¿Que le pasa a ese tipo?- volvió a ser el mismo después de cortar el flujo mágico que emanaba, observo su espada y noto muescas en el filo hechas por el rostro de Daniel como si hubiera metido la hoja contra una enorme roca. No soportaba el dolor de sus heridas, quería ponerse hielo en la cara pero estaba lejos de hacerlo, también sintió una fuerte punzada en su corazón callendo de rodillas, siendo el precio por usar la verdadera magia que posee. Dió un vistazo y todo estaba muy mal, muchos heridos quienes habían Sido eliminados al instante de perder un miembro del cuerpo, otros lloraban a sus seres queridos o compañeros, se acerco a un chico que lloraba y sollozaba por su compañera asesinada ¿Tal vez era su novia? ¿Hermana?, Este lugar llamado "cubil" es un desastre, ellos son los verdaderos asesinos, ninguno de los jóvenes sometidos a esta prueba lo es, ¿Que hubiera pasado si se negaban a pelear?, Es obvio, fueran sido aprendidos. . . Luei sabe que no debe fiarse de las palabras dichas por el instructor, quería investigar más a fondo la organización antes de escaparse.

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