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Apenas la clase llegó a su fin, Tabi se levantó de su pupitre, asegurándose de haber guardado todo en su bolso, salió de la hilera de puestos que ocupaban sus compañeros, dirigiéndose a la salida del salón rápidamente, recibiendo el frescor del amplio pasillo, definitivamente era un gran día.

— Hey, Homskyi. —Habló uno de sus compañeros siguiéndole el paso.

— ¿Mh? Si, dime. —Se detuvo, mirándole sin demasiado interés.

Si bien le emocionaba tener su primer contacto con alguien de su misma sección, no se dejaría ilusionar, aquel chico era de los que solían mirarle con complejo de superioridad, así que tenía una idea de que tan prejuicioso podía llegar a ser.

— ¿Cómo lo hiciste? —Preguntó el chico.— Alguien como tú... Es imposible que tengas mejores calificaciones.

Aquello le llegó como un atracador aire caliente, de esos que te agobian en un par de segundos, ¿quién se creía que era ese chico? Que ganas de partirle la cara de un puñetazo, sin embargo, no volvería a cometer los mismos errores que en la preparatoria.

Tomando aire, calmó el insistente impulso de recurrir a la violencia, sosteniendo una sonrisa relajada, decidió no responder hostil, sino algo empático.

— Solo han entregado 2 calificaciones, no creo que debas acomplejarte por eso.

— Tsk, ¿quién te crees para decirme cómo sentirme o no? —Arrugó el entrecejo.— Sé que hiciste trampa, es imposible que un pobretón como tú pueda igualar o incluso superar los resultados de alguien que tuvo lujosos estudios toda su vida.

— Que decepcionante, creí que serías más maduro. —Soltó el ruso, la paciencia que tenía empezaba a acabarse.— Eres como un niño pequeño enojado porque no ganó una carrera.

— ¿Quieres que te diga que pareces tú? —Cuestiono el chico totalmente a la defensiva.—

— Por favor, no me vuelvas a hablar a menos que quieras decirme algo coherente.

En silencio, el cruce entre sus miradas parecía emanar chispas, por alguna razón, aquellos ojos desafiantes se le hacían algo familiares, pero no se detendría a investigar a profundidad. Chicos de su misma sección se acercaron a ellos, interponiéndose entre risas nerviosas para evitar algún pleito, pero Tabi no estaba interesado en golpear a nadie; al menos el resto de sus compañeros no actuaban de forma imprudente.

Dándole la espalda, simplemente se alejó, no perdería el tiempo con un resentido niñito millonario que no podía asumir que habían personas mejores que el.
No le gustaba la idea de declararse mejor tan pronto, pero había quedado bastante claro quién era el inmaduro entre los dos.

Haciendo memoria, Agoti no solía ser así, al menos no con las calificaciones; cuando se conocieron, su novio gustaba ocultarse en la popularidad, con el tiempo cambió, pero era evidente que en general los jóvenes que crecieron con dinero requieren llamar la atención de alguna forma.

Llegando a las escaleras, bajó con calma, mirando por el ventanal al resto de estudiantes recorriendo el campus, definitivamente este lugar nunca descansaba, era grande, y aún así  siempre había gente moviéndose de un lugar a otro.

Mirando la hora, decidió pasar un rato en el patio, su novio saldría más tarde, y no quería irse sin el, tal vez podría comprar algo rico antes de que salga.

(...)

Siguiendo la lectura, Wara acomodó su cabello detrás de su oreja, volviendo a posicionar los auriculares sobre sus oídos, hizo una pausa al leer algo importante, escribiendo un apunte de la lectura en su cuaderno, se detuvo unos segundos ante un sentir algo extraño.
Alzando su mirada, observó a la amiga con la que estaba estudiando en la biblioteca, chica la cual mantenía una sonrisa burlona sin apartar la vista de él a pesar de sostener el primer tomo de un libro de "psicología de la educación."

Rᴏᴍᴀɴᴛɪᴄ Hᴏᴍɪᴄɪᴅᴇ -[Tabi x Agoti] [PAUSADA]Where stories live. Discover now