Rᴏᴍᴀɴᴛɪᴄ Hᴏᴍɪᴄɪᴅᴇ -[Tabi x Agoti] [PAUSADA]

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Manteniendo su mirada completamente enfocada en su trabajo, Tabi se desenvolvía con agilidad en aquella prueba de empleo; debido a sus horarios universitarios su trabajo en la tienda que atendía normalmente por las tardes junto a Ayana le quedaba muy pesado ahora, así que habían decidido cambiarse, sí, ambos estaban ahí por los lugares de trabajo, era todo o nada.

Aquel lujoso local era nuevo en la ciudad, y era totalmente el centro de atención ahora, estaba posicionado en el "sector de los ricachones", e incluso había gente que venía de otros lugares para visitarlo, decían que pagaban bien, desaprovechar tremenda oportunidad sería una estupidez.

El lugar ofrecía desayunos, y un servicio de bebidas que ni la mente más limpia podría memorizar completamente, pero a Tabi le había tocado una labor simple, los café espresso con los llamativos decorados latte, fácilmente podía decir que le gustaba el trabajo, era relajante.

— ¿Lo conseguiste? —Preguntó la muchacha esperando a su amigo fuera del local.

— Ja. —Le enseñó el uniforme envuelto en un envase aislante y elegante.— ¿Acaso no confiabas en mi?

— ¡Eso es, sabía que podías! —Alzó sus brazos con entusiasmo, acercándose a su amigo para abrazarle completamente emocionada.— ¿Qué horario te entregaron a ti?

— Sábado y domingo, desde las 8:30am hasta las 2:30pm, no está mal, tendré la tarde libre. —Suspiró un poco aliviado, al menos ahora tendría más tiempo en las tardes durante la semana después de la universidad.— ¿y tú?

— Pedí más días, trabajo de jueves a domingo, necesito más dinero, pero el lado positivo es que tenemos el mismo horario los fines de semana, así que no te vas a deshacer de mi. —Sonrió, cruzándose de brazos para luego empezar a caminar.

— ¿Y tú uniforme? —Se apresuró a seguirle el paso.

— Lo dejé en mi casillero, no me lo llevaré a casa, ¿a ti no te dieron uno?

— No...

Deteniéndose en medio de la calle, ambos se quedaron mirando, realmente era política del local el darles casilleros a los empleados, era raro que el ruso no tuviera uno, sin embargo, Tabi no quiso darle importancia a eso, tal vez había oído mal y si tenía uno, preguntaría correctamente cuando llegue a trabajar, por ahora solo iba a volver al departamento y comentarle a Agoti que había conseguido el empleo.

Conseguir este trabajo también tenía algo que ver con el pasar tiempo con su pareja, aún no lograba administrar bien sus horarios, era muy disperso y por eso el tiempo no le alcanzaba para mucho, había descuidado un poco su tiempo con Agoti, y quería corregir eso, el tiempo debía alcanzarle para todo, no solo para estudiar.

— Ah, por cierto. —Habló Ayana.— ¿Tienes el número de la chica con la que salimos la última vez? Ya sabes, la amiga de Agoti.

— ¿Dalia? No, no lo tengo, pero podría pedírselo a Agoti y enviártelo. —Se lo pensó un poco, cambiando instantáneamente su expresión a una pícara.

— No, no, no es lo que piensas, es que- Bueno, es que yo- Es ella la que- Agh, carajo. Sí, se le hizo linda, me gustaría conocerla mejor, es una chica interesante, y me gustaría ser su amiga. —Explicó con un leve rubor en sus mejillas.

— ¿Solo amiga? —Movió sus cejas con la intensión de hacerle enojar, y funciono bastante bien, ya que se llevó una leve palmada en el hombro.

Sabía que Ayana tenía mucha personalidad con conocer a gente nueva, era una buena chica, de las mejores personas que había conocido en el cruel mundo en el cual vivían, sin embargo ella no estudiaba como el resto de personas de su edad, el dinero que tenía para vivir era justo para pagar las cosas de su hogar y vivir considerablemente cómoda, admiraba su determinación en seguir adelante, tenía muchos amigos y se negaba a recibir de su caridad, decía poder valerse por sí misma, y eso era de las cosas más interesantes en ella. Si había alguien que merecía cosas buenas en la vida era ella.