CAP.2

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Se miraron cuando se separaron del beso, Horacio tenía sus pupilas dilatadas, Volkov no supo si era por el alcohol que aún corría por sus venas o por la efusividad y pasión que ambos pusieron en esa unión.

-Viktor, ven a casa conmigo, aunque sea solo por esta noche...-

Volkov se alejó del de cresta, no podía pensar con claridad, el rostro suplicante del director era su debilidad, no podía negarle nada pero sabía que esto que estaban haciendo no era lo correcto.

-Horacio...no podemos ignorar todo lo que ha sucedido...yo...no puedo, necesitamos hablar antes,- el pelirosa se acercó y cogió el rostro del contrario con ambas manos.

-Ignorémoslo solo por hoy, te extraño mucho...- bajó su mirada,- te echo de menos, cada segundo sin ti es una tortura, no puedo borrar tu aroma de cada rincón de nuestro hogar...-

-Horacio yo también te extraño pero ahora mismo no eres tú cien por cien, no sé si esto que dices es por el valor que te da lo que hayas tomado o...-

-Genial, piensas que te lo estoy diciendo porque estoy borracho, tú me conoces...¿ves que estoy bebido?,- lo miró fijamente, era cierto que ya se le habían pasado algo los efectos de la fiesta que se había pegado, pero el ruso aún dudaba.

-Mira H, podemos vernos mañana, comer o cenar, hablar de todo esto, tomar una decisión así de repente como dormir juntos después de todo este tiempo...no creo que sea lo correcto, no quiero que mañana despiertes y te arrepientas o...-

-Ese es tu problema, todo lo tienes que pensar mil veces, nunca te dejas llevar sin sopesar los pros y los contras...déjalo, mejor me largo.-

-H...tengo que procesarte, por lo de la pelea...ya sabes,- el director achinó sus ojos y lo miró serio.

-Hazlo, yo mismo borraré los reportes mañana, pero si, haz tu trabajo ya que es lo único que te importa,- salió de aquella sala dando un portazo.

-Tú me importas más que nada Horacio...- dijo para si mismo cuando quedó solo allí.

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Horacio llegó a la mansión en un taxi, aún se sentía algo mareado por el alcohol así que prefirió no coger su coche. Mientras esperaba en la puerta de la sede a que llegara miró hacia la ventana del despacho de Volkov, pudo observar como el subdirector se sentaba en el ordenador y se ponía a trabajar.

-Trabajo, trabajo y más trabajo,- le dió un golpe a la balla que había a un lado suyo, le enfurecía que el ruso a veces fuera tan formal, tan profesional y tan cuidadoso con cada cosa que hacía.

Entró en su hogar y encendió la luz, en el pasado había vivido mucho tiempo solo y se había acostumbrado a ello pero desde que el peliplata regresó cuando él mismo le pidió ayuda y se instaló con él, esa casa ya no fué la misma, tenía más ambiente, más felicidad, risas, momentos compartidos, ya todo era diferente y ahora volvía a estar fria y en silencio.

-Joder...- dijo mientras subía las escaleras hacia su habitación.

Se sentó en la cama y encendió la lamparita de la mesilla, miró hacia el suelo y pasó sus manos por su rostro frustrado,- puto ruso,- se levantó y fué a darse una ducha, necesitaba despejarse.

Cuando acabó volvió a la cama portando solo un bóxer, se tumbó y se arropó hasta la cintura, cogió su móvil y sonrió al ver las dos multas que le habían llegado,- este se creé que las voy a pagar,- dejó el móvil en la mesilla y apagó la luz, al menos gracias a Volkov esa noche se durmió con una sonrisa...

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Al dia siguiente el subdirector llegó a la sede, iba a entrar de servicio pero vió el localizador de Horacio allí mismo, no quería coincidir con él, esperaba que estuviese de mal humor por lo sucedido la noche anterior pero algo le sorprendió y fué el saludo que le dió el de cresta al cruzarse con él.

RECOVER LOVE Where stories live. Discover now