CAP.3

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-¿Y bien?,- Horacio se dejó caer en el sofá junto al ruso, llevaba su pijama puesto al igual que el contrario, su cabello húmedo cayendo por su cuello y el suave aroma que desprendía hizo que el mayor se quedara en blanco, había extrañado tanto estos momentos hogareños junto a él que su mente se nubló al sentirse de nuevo como en casa.

-Pues...no sé por donde empezar H,- frotó sus nudillos contra la palma de su mano algo nervioso.

-¿Qué tal si comenzamos por decir lo que sentimos ahora mismo por el otro?,- ante la pregunta tan directa el corazón del subdirector bombeó deprisa.

-Está bien, yo no tengo problema en decir que todavía te quiero, es más Horacio, bien sabes que nunca voy a dejar de hacerlo, hemos pasado por muchísimas cosas y nunca van a cambiar mis sentimientos hacia tí,- lo miró intensamente,- este último año ha sido una locura, has tenido muchos problemas de salud, alucinaciones, pérdida de memoria, nuestro viaje a Londres...sé que has pasado por mucho y no sé si he estado a la altura apoyándote,- el de cresta rió sarcásticamente.

-V, por supuesto que has estado a la altura, sin tí no sé qué hubiese hecho, después de que Gustabo desapareciera te llamé porque sentía que eras lo único que tenía, como una parte de mi familia, no sabía si querrías verme después de...ya sabes,- paseó su mano por el pecho contrario refiriéndose a esa cicatriz que casi le cuesta la vida al mayor en el pasado.

-Eso está olvidado Horacio, por supuesto que iba a venir, de echo tomé el primer vuelo,- sonrió y acarició la mejilla del menor.

-¿Ves?, esto es lo que digo, tú siempre has estado para mí incluso cuando la he cagado, yo te he dado muchos problemas que casi te cuestan la...-

-No sigas por ahí, si yo me he quedado a tu lado es porque he querido, siempre podrás contar conmigo estemos juntos o no, yo mismo he tomado mis decisiones y decidí estar contigo en las buenas y en las malas.-

-Pero ha habido muchísimas más malas que buenas, siento que no hemos disfrutado nunca juntos, siempre trabajamos, siempre hay problemas, si no es mi familia, el Gambino, mi padre, los altos mandos...ha sido demasiado,- Horacio bajó su mirada a sus manos con las que retorcía la tela de su jersey de pijama.

-Si que es verdad que nos han faltado más momentos divertidos, a solas...algo como un viaje, no sé,- acarició su mano tatuada y le sonrió cuando sus miradas chocaron,- pero estos últimos meses nos hemos dedicado a pelear y a echarnos las cosas en cara en vez de aprovechar y pasar por fin más tiempo juntos.-

-Creo que igual ha sido mi culpa V, yo no puedo olvidar el daño que te he hecho cuando era manipulado por Phillips, ni muchas cosas que te dije sin ser consciente, ni...-

-Ese no eras tú Horacio, te lo he dicho muchas veces.-

-Pero, ¿cuántas cicatrices más vas a tener por mi culpa?, ¿cuántas te he hecho yo mismo?,- sus bicolores aguándose.

-No podemos volver a esto H, debes pasar esa página, yo no tengo ningún problema contigo, fuiste tú quien te distanciaste por sentirte culpable aún diciéndote infinidad de veces que no pasa nada, está olvidado, si seguimos así vamos a volver a hacernos daño.-

Un silencio algo incomódomo y ellos pensativos, el director no podía sacar de su mente las veces que había hecho sufrir a Volkov y por mucho que este le dijera que lo olvidara, cuando estaban juntos algo le alejaba de él, como si temiera tocarle y hacerle daño de nuevo.

-Mírame Horacio,- el menor conectó su mirada con la gris,- si no pasas página, no podremos avanzar, esto va a ser un bucle sin final y acabaremos mal, no quiero eso contigo por eso pensé que yéndome a la lspd y poniendo distancia un tiempo todo mejoraría, al menos podríamos trabajar separados y buscar tiempo de calidad para pasar juntos sin que el trabajo interfiera.-

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