CAP.6

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Dos dias pasaron en los que el ruso se encargó de que Horacio descansara, el más alto aprovechó su sanción en la lspd para colmar de mimos y atenciones al de cresta que encantado se dejó hacer por ese hombre que le robaba el aliento.

El sargento le compartió al director el número de teléfono del comisario Jhonson, Horacio no iba a dejar pasar la impertinencia de ese teniente ni de ningún agente más de esa facción con la que estaba continuamente en conflicto, así que le escribió pidiéndole un encuentro en el que le hablaría de su incompetente malla.

La sorpresa del menor fué lo rápido que el comisario le contestó, al dia siguiente se verían las caras y por fin conocería a quien era el responsable de la lspd, por boca del ruso supo que ese hombre casi nunca se encontraba en la ciudad y cuando lo hacía ni siquiera prestaba atención a su facción por lo que así estaba, echa un desastre.

-Mañana me reuniré con él, sobre las doce estaré en Vespucci, si estás por allí podríamos comer juntos.-

-Llámame cuando acabes la reunión y sacaré un rato,- un beso suave fué depositado en la mejilla morena,- así compruebo que estás bien.-

-Solo voy a ir para hablar, no voy a ponerme de servicio hasta dentro de un par de dias más,- entrelazó sus dedos con los contrarios y apoyó su cabeza en el pecho de Volkov para poder dejarse llevar por el sueño, ya era tarde y ambos debían descansar.

En esos dias habían compartido besos, caricias y largas charlas, parecía que todo se había relajado entre ellos aunque no habían hablado de su situación actual ni de su relación sentimental, la cual se encontraba en un parón hasta ver cómo evolucionaba todo...

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11:50 am

Horacio entró en Vespucci, vestía informal aunque arreglado, pantalón de pinza azul marino, camisa azul cielo y un abrigo tres cuartos negro, no renunciaba a sus converse blancas y negras ni a su cresta peinada hacia atrás en su tono rosado que ya debía teñir, las raíces se dejaban ver y eso al director, quien era una persona muy coqueta, no le gustaba.

Al caminar hasta el ascensor se cruzó con varios agentes quienes le saludaron escuetamente, cuando entró para acceder al piso de arriba, antes de que se cerraran las puertas pudo comprobar como cuchicheaban mirándole de reojo, posiblemente preguntándose qué haría allí.

Las puertas del ascensor se abrieron en la planta donde se encontraba el despacho del comisario, Horacio salió y miró a su alrededor, nadie salvo aquel hombre se encontraba en la zona, de lejos pudo observar a través del acristalado como ya lo estaba esperando en su despacho.

-Hola buenas,- golpeó suavemente el cristal y saludó antes de entrar.

Un alto hombre se dió la vuelta, sonriente le dió la bienvenida y el director quedó asombrado, el tipo era bastante atractivo, más o menos de su edad, era moreno con el pelo corto pero bien peinado hacia un lado, sus ojos azules oscuros se pasearon por la figura del director sin contenerse.

-Buenos dias Horacio, es un placer tenerle aquí, pase por favor,- el de cresta salió de su ensoñación y por fin entró quedando al otro lado de la mesa.

-Gracias comisario,- dijo en un tono más bajo del que quiso.

-Puedes llamarme Eric y tutéame, no me gusta que me llamen de usted.-

Su amplia sonrisa dejando ver su blanca dentadura tenía hipnotizado al moreno quien apretó su mano fuertemente cuando el contrario se la ofreció,- me alegro por fin de conocerte, Volkov me comentó esta mañana algo sobre la malla, creo que no están siendo muy profesionales pero también asumo mi parte de culpa, apenas he estado por aquí.-

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