reencarnado como miruko (Marvel-mcu)

un inicio humilde

Dos años despues de la llegada de Rumi Usagiyama a la Tierra, dentro de un horfanato en Brooklyn se podía ver a una niña morena, con cabellos blancos, ojos carmesí y sobre todo con orejas de conejo esponjosas, así es el 'MC' de esta historia había crecido y hora mismo estaba jugando con una pelota en un rincón del pateo de recreo del horfanato, el MC se puso a recordar toda su vida hasta ahora.

'Primero, después de que la madre superior me encontrará en la puerta todas las monjas se asustaron y me querían botar a la calle por mis orejas, pues me reconocieron cómo un mutante, un ser que vino desde lo más profundo del infierno y la maldad encarnada en un bebé, aunque la madre superior no les hizo caso y me dio refugio, me trató como si fuera su hija, aunque también me tuve que adaptar a mi nueva vida y mi nuevo cuerpo, los primeros días me invadió un sentimiento de arrepentimiento e impotencia, sabía por qué dios me convirtió en mujer, pero aún así no hizo nada más que hacer más fuerte mi tristeza, después de meses lo acepte y me despedí de mi arma que nunca utilicé, me di cuenta que mi cuerpo era más fuerte de lo normal pero no tanto como para que alguien aparte de mi se de cuenta, mis sentidos y mí instinto de supervivencia es más fuerte y tengo una memoria perfecta no olvidé nada de lo que vi hasta ahora, aparte de eso soy básicamente igual a cualquier niño de mí edad, aparte de mis orejas y mí cola de conejo, durante estos dos años estudie y entrene lo mejor que pude sin lastimar mí cuerpo, parece que la existencia de los mutante es conocida por qué las monjas me tienen miedo, y los niños me molestan por ser diferente, aparte de eso descubrí la época en la que estoy parece que llegue en 1992, pero eso no importa, ahora mismo estoy jugando, después voy a seguir con mí entrenamiento', fue lo que reflexionó Rumi antes de que sintiera peligro y esquive una piedra que venía hacia ella a una velocidad considerable.

"¡¡Maldito monstruo, ¿por qué lo esquivaste? no puedes morirte ya!!", dijo con cólera un niño gordo y lleno de granos de 7 años, Rumi solo miro con asco al niño feo,sé llamaba Tom y claramente tenia mucha envidia del trato especial que la madre superior le da a Rumi, así que como escucho que los mutantes eran demonios aprovecho eso para molestarla e intentar matarla, nadie lo detenía excepto la madre superior, pero en su intento de molestar a Rumi la ayudo a desarrollar su haki de observación, y desde entonces lo entreno con su ayuda involuntaria, aún que sea un hijo de puta todavía le agradece por eso.

"¿No tienes nada mejor que hacer que molestar a otros?", pregunto con duda y curiosidad esperando que al menos tenga una razón para su horrible comportamiento, el niño solo le sacaba la lengua mientras le lanzaba otra piedra con su tira china.

"Eres un monstruo, ¿que otra razón necesito?, Dijo con una sonrisa arrogante y asquerosa, Rumi solo rodó los ojos y decidió que esto no valía la pena, y se marchó mientras el niño le seguía gritando, después de entrar al horfanato fue recibida por una de las monjas que la odia.

"No puedes seguir con esto demonio, un día te votaremos", dijo con un asco sin ocultar la monja por verse obligada a vivir junto a un mutante, Rumi solo suspiro y siguió con su camino mientras pensaba en todas las cosas que tendría que hacer.

° 2 años después °

Rumi se encuentra entrenando descalza y con ropa un poco desgastada, cuando sus instintos le decían que alguien la estaba observando, salto y dio una patada el árbol donde se escondía el intruso, entonces salio y grito con susto una niña pequeña de su misma edad.

"¿Que quieres de mí?", exijo Rumi con duda e intriga, sin saber de dónde había salido está niña.

"Solo tenia curiosidad",dijo con un poco de miedo pues cuando miro el árbol que pateo Rumi, este tenía una marca de un pie, ella estaba fascinada nunca había visto un ser con super fuerza, y además ella era muy linda y adorable.