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En la capital todos los jóvenes que estaban por participar en el examen se estaban comenzando a reunir en el coliseo donde se llevaría a cabo la admisión de caballeros y serian escogidos por alguna de los nueve escuadrones que habían, dentro del reino y que servían ante la protección del rey asi como del reino si llegaban a estar dentro de alguno de los escuadrones se convertirían en caballeros mágicos, que arriesgarían sus vidas por la protección de los civiles por la que estaban luchando y por la que se estaban por convertir en caballeros. Aquellos jóvenes que estaban reunidos se sentían bastantes nerviosos al tener la mirada de muchas personas sobre ellos, asi como posiblemente estaban siendo negativos por si llegaban a reprobar aquella prueba y tendrían que volver a sus casas con una decepción de no haber pasado, teniendo que esperar hasta el siguiente año que volvieran a hacer el examen (Lo que callamos los estudiantes al entrar a las prepas o las uni).

Entre los jóvenes que estaban decididos a participar para hacerse caballeros estaban los hermanos adoptivos, que tenian la mirada de casi todos sobre ellos por lo llamativos que podían llegar a ser porque; Yuno estaba sosteniendo bajo su brazo como si fuera un costal de papas a su hermana Oriana, porque quería ir a perseguir aquellos pájaros que eran una parte del examen para ver si tenían un nivel de magia alta o baja, aunque sentía que en algún momento tendría que soltarla porque era igual que querer que un pequeño cachorro se quedara quieto cuando había tantas cosas que llamaban su atención, por otra parte Asta estaba rodeado de tantos pájaros que aunque se fuera a otra parte era seguido por una pequeña parvada de estos pájaros.

- Yuno suéltame, quiero intentar atrapar a uno de esos pajaritos.- Oriana se retorcía en su lugar, esperando a ser soltada por su hermano mayor.

- No.- Yuno fue corto con su respuesta y quería soltar un largo suspiro, pero mejor lo retuvo y debía de mantener toda la calma que Oriana y Asta no podían tener.

- No hay pájaros a su alrededor.- Murmuro un chico a otro mientras veían a los dos extraños.

- ¿Por qué hay una niña aquí? Deberían de decirle algo.- Murmuro una chica mientras veía a la menor.

- ¡Son los campesinos que fueron escogidos por los grimorios del trébol de cuatro hojas!- Señalo otro joven al haber reconocido al chico y la niña.

- Pero es una mocosa.- Dijo alguien más entre todos los demás.

Yuno ignoraba cada una de las palabras que los adolescentes estaban diciendo sobre ellos, pero a el no le importaban mucho esos comentarios pero Oriana aún era una niña que estaba iniciando su viaje en el mundo asi como no sabía esas palabras podrían ser hirientes para ella, pero al mirar de reojo a la niña que estaba bajo su brazo aun seguía retorciéndose en su lugar que ni les hacía caso a los demás adolescentes solo queria ir a perseguir a los pájaros como lo haría todo niño al ver muchos pajaros en un solo lugar.

- Yuno, déjame ir por favor déjame en el suelo.- Oriana alargo la "O" en su oración y mirar a su hermano le hizo ojitos tiernos, esperando lograr su cometido de ser libre.

- Imposible.- Yuno miro a otro lado para evitar caer en la tierna trampa de la menor, aun asi la termino dejando en el suelo pero antes de que ella se fuera corriendo fue más rápido para agarrarla del cuello de la ropa.- Dijiste que te dejara en el suelo, no que iba a dejar que te fueras corriendo.- Al ver a su hermana solo vio como le enseño la lengua.

- Traidor.- Oriana le enseño de nuevo la lengua y se cruzaba de brazos haciendo un tierno puchero.

- Este es nuestro primer paso para llegar a ser rey mago.- Asta se acercó a sus hermanos, al ver como se estaban llevando y esta vez para que ayudar a Yuno con Oriana.- Este es nuestro momento.- Un risa salió de su boca sin darse cuenta de que algunas aves, lo había perseguido hasta donde estaba.

¿De quién eres?Where stories live. Discover now