- Toto Wolff -

8.7K 321 109
                                    




Había tantas preguntas de por medio y ninguna tenía respuesta aparente. ¿Por qué tenía que ser tan perfecto? ¿Por qué tenía que ser amigo o bueno, compañero de mi papá? ¿Y por qué mierda tenía que tratarme como si fuera una niña pequeña?.

Quiero decir, claramente era joven, recién había cumplido 24, pero ya no era una niña pequeña. Yo solo quería que me dejara de ver cómo tal, quería tantas cosas, pero como mínimo mantenía la esperanza de que me viera atractiva.

Era algo que tenía tantos peros, empezando por el remarcado hecho de que era mucho mayor que yo y era amigo de papá, por lo tanto, nos mataría a ambos. Pero deseaba con todo mi ser poder robarle un beso y ya de paso, llevarlo a mi cama.

El punto era que estaba decidida a intentarlo, esto podía salir muy bien o muy mal... Él ya no tiene esposa y yo solo quiero hacerlo sentir bien. "Ganar, ganar." Pero, para poder llevar acabo mi pequeña travesura, tuve que esperar el momento más viable, tal y como lo era esta noche.

Mi padre había organizado una pequeña fiesta para pilotos y técnicos, entre otros invitados, en los cuales sinceramente no tenía interés alguno. Gracias a esto puedo hacer mis siguientes movimientos, en los cuales tendré que involucrar a varios, incluido mi mejor amigo: Lewis Hamilton.

Lo importante no es como lo conocí, sino lo que él haría por mi y lo que yo haría por él. El me ayudaría a acercarme al Señor Wolff y también a su compañero, George Russel. Por defecto, Lew no sabía que me estaba dando la mano para poder llegar al paraíso prohibido, sí lo supiera probablemente me regañaría con palabras dulces por ser tan descarada, claro esta, pero lo importantes es que lo hacía, por eso lo amo aún más.

Y aunque en este momento todo está saliendo bien o al menos así lo proveo, por un momento pensé que no podría siquiera intentarlo, puesto que tuve que rogarle a mi padre que me dejara asistir a la fiesta que habría después de la cena. A veces detesto cuando se comporta así, pareciendo ser un padre sobre-protector, siendo que en
ocasiones pareciera que no existo.

...

Llegada la hora, comienzo a alistarme para lucir presentable, lo suficientemente bien para robar algunas miradas, entre ellas espero esté la del Señor Wolff.

Escucho a Lewis llegar y bajo casi corriendo para poder abrazarlo. Era tanta la emoción de ver a mi mejor amigo después de varios meses sin poder molestarlo o abrazarlo que no pude percibir a tiempo la mirada del hombre que suele tomar mis suspiros sin permiso alguno.

-Mierda- dije por la bajo al divisarlo observando la conmovedora escena frente a él, aunque no parecía muy contento que digamos, lo cual hizo que un pequeño brillo maldad e inesperada confianza resaltara en mis ojos, así que improvisé.

-¡Lew! ¡Te extrañe cómo no tienes idea!- dije dando un pequeño salto, rodeando así su cintura con mis piernas, a la par que mis brazos se enredaban en su cuello. -Me hiciste tanta falta.- no era mentira, verdaderamente lo había extrañado, pero estaba siendo un poco... traviesa, quizá. Lew plantó un beso en mi frente correspondiendo a mi emoción.

Mi padre tenía que llegar a interrumpirnos y mandarme a mi habitación para que acabara de cambiarme, puesto que solo traía unos pequeños shorts y una camisa de tirantes, que sí bien no era muy reveladora, tampoco cubría todo mi cuerpo, lo cual no le agrado a papá. Estaba apunto de hacerlo cuando escuché la voz del señor Wolff llamándome.

-¿No me vas a saludar antes de irte, pequeña?-

Toto Maldito Wolff.

-Lo siento, Señor Wolff- dije fingiendo inocencia, camine hacia él y me puse de puntitas dejando un beso en su mejilla, bueno, quizá en la comisura de sus labios. -No sabría que vendría.- claro que sabía que vendría.

Playground - F1!Where stories live. Discover now