- Lando Norris -

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Estaba tan celosa de verlos juntos todo el maldito día; riendo sin parar, de un lado para otro, entrevista tras entrevista. Se siente horrible no poder estar con él. Que no tenga el momento mínimo para dedicarme.

Y lo peor es que yo me sentía culpable, jodidamente culpable por desconfiar de él. Porqué con certeza sé que él no sería capaz de engañarme, pero aún así dejaba que mis inseguridades salieran a flote.

También en parte, era su falta de atención en todo sentido, no podíamos siquiera cenar en paz, sin que recibiera una llamada o llegara tan exhausto que fuera directo a dormir, pero no quería decir nada puesto que comprendía que era su trabajo, supongo que tenía prioridades.

Su carrera, su asistente y yo.

Quizá también era una exageración de mi parte, pero no cambiaba mi sentir por las razones que él me había dado. No me refiero a su cercanía con ella, no en su totalidad, sino también por la poca atención que me daba cuando estaba en temporadas de carreras.

De igual forma no soy quien para pelear contra un monoplaza. Bueno, contra la F1.

...

Hoy era otro de esos días donde su mente divagaba en las carreras, prácticas y entrevistas. Su mente estaba tan perdida, que cometío el magnífico error de llamarme por el nombre equivocado.

El de su asistente.

-Charlotte.- dijo firmemente mientras yo me recargaba en la barra de la cocina. -Lo siento, cariño.- susurro cuando cayó en cuenta de su error y vio mis manos formarse un puño.

No dije nada, solo me quede ahí, mientras mis lágrimas comenzaban a salir. Sentí una presión horrible en el pecho, difuminándose con mis uñas clavándose en mi piel.

-Amor...- quiso acercarse a mi, colocando sus manos en mi cintura.

Lo empuje ligeramente y suspire, alejándome de él mientras me encaminaba hacia nuestra habitación.

-Linda, por favor.- siguió insistiendo detrás de mi. -Alessia.-

Apresuro su paso al ver cómo comenzaba a caminar más rápido. Azote la puerta y puse el seguro, chocando mi espalda con la fría madera, resbalando hasta el piso. Él comenzó a tocar la puerta con sutileza y al ver que no había respuesta, empezó a hacerlo con más fuerza.

-¡Alessia!- forcejeaba para abrir la puerta. -Solo quiero hablar cariño. Por favor.-

A pesar de mi malestar, no quería dejar las cosas así, por lo tanto, me paré, seque mi lágrimas y quite el seguro. Más no abrí, solo camine hacia la cama quedando a unos pasos.

-Alessia...- se acercó con prisa y volvió a intentar abrazarme. Pero cuando vio que me aleje otra vez, con un poco de fuerza, jalo de mi y me tomó de la cadera. -Perdón ¿sí?-

Asentí con tristeza e intente sepárame, pero el tomo mi cuerpo con mas fuerza y con una mano tomó mi mentón.

-Mírame.- hice lo que me pidió aun con lágrimas en mis ojos. -No, no, no, no llores corazón, por favor.-

-¿Qué hago entonces?- no pude evitar sonar seca. -Dime, ¿qué hago?-

Él parecía no entender lo que estaba diciendo, al menos no todo.

-¿A qué te refieres, Alessia?-

-¡¿A qué me refiero?!- volví a intentar alejarlo, pero esta vez con brusquedad. -Vete a la mierda Lando.-

Seguí forcejeando, pero lo único que conseguí fue que me tomara con más fuerza, guiándonos a la cama.

-Fue un error, no quería llamarte así.-

-No es solo eso, es que...- suspire y deje de pelear cuando empujó mi cuerpo hacia el borde de la cama haciendo que quedara sentada y él frente a mi.

-¿Es que qué?-

-Lando, por dios. Toda la maldita semana ignorándome, de arriba a abajo con ella.- voltee a verlo molesta. -No hemos podido estar con calma siquiera porque estás siempre hablando de Charlotte, siempre es ella y yo...-

Quería seguir discutiendo, sacando todo lo que me había guardado, pero él me interrumpió poniendo su mano en mi rostro.

-Es eso.- apretó un poco su agarre en mi cara. -¿Estas celosa?- se separo de mi para agacharse y poder quedar a mi altura.

-Sí, lo estoy.- sus dedos empezaron a jugar con el borde de mis shorts. -Cómo no tienes idea.-

Deje escapar un jadeo cuando su fría mano encontró hogar bajo la tela de mi ropa. Combinado con su profunda mirada enfocada en mis labios. Era perfecto, pero seguía molesta con él, su hermosa cara no iba a desconcentrar, al menos eso esperaba.

-Linda, yo solo tengo ojos para ti.-

Suspire nerviosa por su toque, todavía mantenía firme su mirada.

-Y te lo voy a demostrar.-

Sin más, quito su mano y empujó mi cuerpo hacia la cama. Estando acostada, jalo del tiro de mi short, dejando a la vista mis bragas negras.

-No podría amar a nadie más.- dejó un camino de besos de mi abdomen hacia mi rostro. -No quiero estar con nadie más.-

Solo me limitaba a jadear por su tacto, por sentir sus labios sobre mi cuerpo y su mirada clavada en mi. Era obvio que iba a lograr distraerme. Su rostro quedo frente al mío y rozo sus labios con los míos.

-Bésame.- soltó una risita y siguió jugando conmigo. -Por favor, Lando.-

Sin dudas lo hizo, me beso con pasión y amor demostrando en un beso. Sus manos recorrían mi cuerpo sin pudor, divertido por mi nerviosismo y levantando mi camisa, dejando a la vista mis pechos.

-¿Sin sostén?- seguía divertido al ver cómo mi piel se erizaba. -Me encantas, Alessia.-

Repartió besos mi cuello y chupetones en mis pechos, dando pequeñas mordidas a mis pezones. Se sentía tan bien, extrañaba su toque.

-Eres lo mejor que tengo.- plantó un corto beso en mis labios frotando su entrepierna con mi intimidad. -Perdón por haberte hecho sentir así.-

Solo asentí y lo bese con euforia, juntando nuestras frentes una vez que nos separamos.

-¿Quieres que siga?-

-Sí, demuéstrame cuánto me amas.- dije entre risitas mientras el secaba las lágrimas que se habían quedado en mi rostro.

-Te amo, linda.-

-Yo también te amo.-

Tal y como se lo pedí, me demostró de forma carnal cuanto me amaba, haciéndome suya, gritando su nombre por el placer que formaba en mi, jugando con mi cuerpo y dejando pequeñas marcas a su paso.

Duramos varias horas adentro de la habitación e inclusive antes de salir de casa camino a sus entrevistas, tuvo el descaro de follarme en el sofá. Era obvio que no me iba a quejar, pero tenía que ponerlo a él como el pervertido.



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Playground - F1!Where stories live. Discover now