Luego de mudarse a un nuevo y peculiar hogar los hermanos Williams comienzan a notar que no todo es lo que parece, el futuro que les espera no es tan bueno como pensaban.
Fantasmas del pasado de aquel lugar comenzarán a atormentarlos, aquella casa t...
—¿Algo interesante que haya pasado?— Chad entraba a un lado de la pelirroja, cada ente de aquella casa volvía al lugar luego de Halloween, se encontraban entrando por el lugar, desapareciendo en cada habitación para no ser vistos por los propietarios del lugar.
Solo quedaron Moira junto al hombre, ambos se encontraban con una tristeza dentro de ellos —Nada importante.— Aclaró mientras se adentraban a las profundidades de su infierno.
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Lo único que se logró oir en la habitación fue como el suave cuerpo de la menor caía sobre la cama, tapaba su rostro con cierta felicidad. Al quitar las manos de su faz solo pudo observar el techo, reposó sus manos en su estómago mientras pensaba en lo que había sucedido aquel día.
El haberse besado con su rubio le había causado tantas emociones, tenía miedo de aquello pero a la vez le resultaba emocionante, el notar que sus sentimientos fueron correspondidos fue una gran felicidad para ella.
Mientras sus pensamientos eran variados, pero todos se enfocaban en aquel chico: logró recordar cuando Tate llegó a su hogar justamente cuando su vecino le entregaba cierto regalo, miró a su lado así notando un pequeño pastelillo, no le haría nada mal ¿no? Según creía, aquel pastelillo fue creado con cariño y no esperaba que le hiciera algún mal.
Después de todo estaba segura de que su vecino solo era un pequeño inocente...
Tomó aquel bizcocho entre sus manos, examinandolo con la mirada para luego introducir un pequeño pedazo en su cavidad bucal. No sintió nada en especial, por lo cual continuó comiendo de este. Luego de un par de minutos conenzó a toser desesperadamente, sentía una gran picazón en su garganta, su corazón acelerarmente.
Al tapar su boca debido a la tos, por primera vez logró ver como escupió sangre de tal, aquello le causó un gran temor, se sentía indefensa de nuevo, se sentía pequeña y débil. Su vista fue levantada a la puerta, en donde una persona completamente de negro, como si cuero estuviese usando, entró a su habitación y cerró la puerta.
Negó repetidas veces mientras la sangre continuaba saliendo —Vete...— Murmuró débilmente mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas, ¿por qué estaba pasando esto? ¿Por qué justamente cuando todo iba tan bien?
Sintió como aquel cuerpo la acorralaba, trataba de tocarla.
Alissa trató de gritar con la mayor fuerza posible pero se le fue imposible, trataba de quitarse a tal hombre vestido de cuero sobre ella.
"No de nuevo."
Miles de pensamientos de su infancia fueron pasando por su mente, no deseaba tener ese sentimiento de nuevo pero aquel ya había regresado —Por favor...— Gimoteó, un dolor punzante fue lo que sintió en su brazo al notar como tal persona le causó una grave herida en él.
Solo pudo escuchar un fuerte golpe; esa persona había caido inconsciente, no logró divisar que o quien fue el causante del desmayo de su abusador, solo unos cabellos dorados fueron lo último que divisó antes de que aquel líquido rojo salió de sus labios luego de toser para luego cerrar sus ojos una última vez.
