Luego de mudarse a un nuevo y peculiar hogar los hermanos Williams comienzan a notar que no todo es lo que parece, el futuro que les espera no es tan bueno como pensaban.
Fantasmas del pasado de aquel lugar comenzarán a atormentarlos, aquella casa t...
—¿Qué sucede, Lys?— Aquella pregunta solo le causó escalofríos —Me preocupo por ti.— Su hermano mayor le hizo cariños en su cabello, solo obtuvo una suave sonrisa de respuesta.
Y era verdad, Alissa últimamente se encontraba más decaída de lo normal, Lizzie aseguró ver un corte en su brazo y cada vez que trataba de verlo su hermana se alejaba.
Ya había pasado una semana desde aquel Halloween y ambas hermanas no se veían como ellas mismas. Alissa apenas salía de su habitación, por alguna razón Elizabeth aseguraba que aquello era culpa de Tate, pero no notaba como Tate era de las pocas personas que mantenían en pie a su hermana menor.
—¿Cómo va todo con Vi?...— Se limitó a preguntar la chica mientras se sentaba en su cama, carcajeó al ver a su hermano enrojecer de los nervios —¿La tratas bien, cierto?—. Frunció el ceño, bromeandole puesto que adoraba molestar a su hermano mayor con su pareja.
El de cabellos castaños solo pudo tragar saliva —Nunca sentí realmente lo que es estar enamorado, Vi me enseñó como se siente eso. Sé que tal vez sea unos años mayor que ella pero, realmente la amo, Lys, y sé que ella igualmente me ama.— Una sonora risa salió de los labios de ambos. —¿Así es como te sientes con Tate?..— Preguntó con nervios.
La sonrisa de Alissa fue mayor aún, esta se borró suavemente ya que por unos segundos aseguró haber visto aquel hombre de cuero en la puerta. —¿Hm?..— Volvió su mirada a Pietro, con una suave sonrisa. —Primero que todo, enserio me alegra que te sientas de esa forma junto a Vi, Pietro, realmente estoy feliz por ustedes. ¡Se ven tan hermoso juntos!— Golpeó suavemente el hombro de su hermano, ambos sonreían —Y segundo... Sí, así me siento con Tate.— Ambos sonreían suavemente.
Estaban felices por obtener al menos un poco de vida normal, puesto que su pasado aún los perseguiría, en especial luego de lo que Alissa deseaba pensar como una pesadilla.
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—Ya sé la maldita verdad.— Elizabeth estaba fuera de sí, daba vueltas por el lugar mientras que Jean se encontraba sentada en aquel sofá algo intrigada.
Actuó de manera inocente, solo cruzaba sus piernas y miraba a la de cabellos castaños —¿Qué verdad?— Preguntó de forma amable.
Una cercanía rápida se logró ver mientras su psicóloga la tomaba de los hombros —Jean, ya descubrí todo...Tú falleciste hace un año, ¿no es así? Los Harmon son entes que habitan en este lugar, ellos también murieron. Necesito que me ayudes, por favor.— Rogó.
—¿Puedo irme, por favor?..— Después de todo, seguía siendo una pequeña de 8 años, ese año no lo había cambiado.
Un suave suspiró de rendición se escuchó por parte de su mayor —Vete, Jean...— Tapó sus manos con su rostro, realmente sentía que estaba enloqueciendo.
—¿Realmente crees que sabes todo?..— Se logró escuchar, notó como una castaña se veía frente a si misma pero al pasar de unos segundos solo la sintió desaparecer.
