-CAPÍTULO 11-

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DAVINA

Hoy era el día mas esperado y ansiado por mi mejor amiga, era su boda. Y yo no podía llevar una resaca mas apestosa encima. Katia, la misma chica que me maquilló el fatídico día que me presente como mujer de Diablo, estaba haciéndome las cejas mientras Aria nos echaba la bronca a Molly y a mí. Esta ultima llevaba un antifaz frio puesto en los ojos para intentar disminuir el dolor de cabeza.

-        ¡Os dije que no quería la maldita señal! – Grito yendo de un lado a otro de la habitación en la que estábamos.

Katia tenia una sonrisa divertida mientras yo intentaba no morir por los chillidos agudos de Aria, de verdad que la cabeza me iba a explotar. Una de las cuestiones que me atormentaban era pensar que Raynard, probablemente, me llevo en brazos a mi cama. Tanto Molly como yo amanecimos en mi cama abrazando la placa con el nombre de una calle.

La noche se nos fue totalmente de la manos.

-        Ya. – Gruñí. – Lo sabemos.

-        ¿Entonces? – Se puso a un lado de la estilista con los brazos cruzados de manera acusadora.

-        Estábamos borrachas Aria, no pensamos, actuamos. – Dio un pisotón soltando un gruñido.

-        Eso es vuestro problema. – Nos apuntó. – No pensáis.

Rodé los ojos poniéndome de pie cuando la chica termino con mis cejas. Me puse en frente de Aria y le agarré por los hombros.

-        Aria, es el día de tu boda, sonríe. – Hizo una mueca disgustada. – Enserio, sonríe.

Poco a poco comenzó a esbozar una sonrisa sincera.

-        Anoche me lo pase genial, y se lo que vas a decir. Pero me sentí joven, acorde con alguien de mi edad, así que, por favor, no nos eches mas la bronca. – Esta negó varias veces antes de suspirar rendida.

-        Solo me preocu...

-        Te preocupas por mí. – Termine por ella. – Lo sé.

Le sonreí abrazándola con fuerza, sus brazos rodearon mi cintura escuchándole soltar un suspiro tembloroso. Aprete con más fuerza intentando calmar sus nervios, estaba alterada porque en tres horas se casaba. La separé para mirarla, estaba maquillada y ya peinada, Aria era preciosa, pero hoy... estaba deslumbrante, como una estrella que brillaba en su máximo esplendor.

-        Estas preciosa Aria. – Esta se rio entrelazando mis manos con las suyas. – Tu también, a pesar tener resaca. – Rodé los ojos divertida.

-        En un rato se me pasará, Katia me maquillará y listo. – Esta miró hacia un punto fijo de la habitación. - ¿Qué te preocupa?

-        ¿Crees que saldrá bien? – Ladeé la cabeza confusa. – Es decir, ¿esta bien que en la finca se realice la boda? Quería algo íntimo y la finca de nuestros alemanes es enorme, tiene sitios hermosos.

Ignore el "nuestros alemanes", lo que menos necesitaba mi amiga era que le corrigiese.

-        Oye Ari, esta todo perfecto. He hablado con Sofie y tiene todo preparado, en una hora comenzaran a llegar los invitados, y en menos de cuatro horas serás la señora Schuz... - Arrugue la nariz intentando decir el apellido de Jakob.

-        Schulz. – Me corrigió ella con una sonrisa.

-        Como sea. – Comencé a reírme contagiándole la risa. – Venga guapa, es tu día.

 – Venga guapa, es tu día

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El Ángel del Diablo. | II DIABLO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora