Capítulo 3 ¿Serán celos?

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Jahn Wilson

Sentí un fuerte trueno en medio de la noche.

Me desperté en la oscuridad viendo en mi teléfono la hora 3:33 a.m. Traté de volver a dormir, pero fue imposible, sentí un calor insoportable. Empecé a dar vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño hasta que al final me dormí.

El endemoniado sonido de la alarma me despertó, miré la hora, no llevaba ni tres horas durmiendo, si no hacía ejercicio podría dormir una hora más, aunque si no entrenaba, no podría entrar en la universidad de deportes.

Eran menos cuarto para las 5 de la mañana, comencé a odiar mi vida, me levanté de la cama para ponerme la ropa deportiva. Parecía que iba a llover, me encantaban las mañanas lluviosas en las que tenía que ir a correr.

Afortunadamente, el parque donde iba era demasiado extenso, desde que me pasó eso con Helen, voy al mismo parque, ya hacía 3 años de la ruptura y no puedo dejar de ir a aquel lugar. Decidí salir desde casa hasta allí corriendo, tenía que ponerme las pilas si quería pasar las pruebas para la universidad.

No paraba de pensar en lo ocurrido, el amor, no me fío de él, es un sentimiento que creí conocer y fue tan solo una ilusión.

Corrí durante una hora aproximadamente, el tiempo suficiente para dar la vuelta al parque y con muy buen ritmo, aunque me gustaría pasarme todo el tiempo entrenando para olvidarme de todo, pero no podía. No tarde mucho en regresar a casa, eran las 8:00 pm entré sin hacer ruido a casa para darme una ducha de agua caliente, al entrar por el pasillo la vi, aquí estaba mi insoportable hermanastra, Eda, se veía mal, ya que acababa de levantarse, llevaba los cabellos enredados y un pijama azul de nubes. ¡Qué infantil!, detestaba todo de ella, desde su mal genio y bipolaridad hasta su lado tierno.

Tengo que reconocer que estando a su lado yo cambiaba por completo, me hacía sentir bien, pero yo no quiero ser así, me encantaba la forma en la que se enfadaba, vacilar era muy buena opción para qué se enamorase de mí.

Al verme puso una mueca.

—Buenos días, bella durmiente —Me burle de ella para luego mirarle

Estaba esperando a que se enfadara, pero pasó todo lo contrario, me saludó tierna como si toda su rabia hacia mí hubiera desaparecido. Tengo que admitir que me gustó, llevaba mucho tiempo que no dejaba que nadie me cuidara, que no me conocieran, siempre daba una imagen de mí, de chico malo duro al que no le duele nada, pasota e irresponsable.

—Buenos días, Jahn —Me dijo para entrar al baño

Parecía aún dormida, me extrañó la forma en la que me respondió.

Al ver que entraba después de salir del baño entré a mi cuarto para luego vestirme.

Elegí un outfit bastante cómodo, unos joggers grises con una sudadera azul cielo que decía "Don't trip over what's behind you"

Las puertas de la habitación se abrieron mientras alguien tocaba la puerta.

Maldita sea, podría haberme pillado desnudo.

—Jahn esto es para ti —Dijo mi padre

—¿Qué es eso?—Estiré mi mano para coger un sobre

—Una multa de tráfico —Señaló la carta

Permanecí callado para luego abrirla y leerla.

Al parecer decía que había infringido el límite de velocidad y que tendría que pagar una multa.

No me importaba, mi padre lo pagaría todo, lo bueno de ser rico y tener a tu padre comiendo de tu mano es que podía hacer lo que quisiera sin tener que dar ninguna explicación a nadie.

Cuando le pides un deseo a la lunaWhere stories live. Discover now