Capítulo 4 Ley de atracción

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Eda Miller

Después de desconcentrarme por culpa de Jahn, entre en mi cuarto para así poder dormír, estuve dando vueltas en la cama, cogí mi teléfono y escribí a Becca para ver qué tal le iba y después de una hora empecé a escuchar que llamaban a la puerta.

¿Quién narices me llama ahora a las tantas de la madrugada?

No tardó en abrir la puerta.

—¿Otra vez tu Jahn Wilson? —Dije carraspeando mi voz—¿Que quieres a estas horas?—Me dirigí a él haciéndome una coleta baja

Él me miró y empezó a rascarse la nuca.

—Esto... yo... vine a decirte que este sábado haré una pequeña reunión en casa —Sonrió sin dejar de mirarme

—¿Como una pequeña reunión? , ¿Y Adam?. ¿Qué opina de esto?—Pregunté algo incómoda

Él solo levantó los brazos.

—Él no estará , así que yo aprovecharé para hacer la reunión—Volvió a decir sentándose en los pies de mi cama —

Yo solo bufe , ¿Quién diablos se despierta a las tantas de la madrugada sólo para decir eso?

—¿Estás sonámbulo Jahn?—Le pregunté

Solo me miró

—¿Acaso piensas que tengo sonambulismo o algo por el estilo? —Dijo riéndose

Lo miré de nuevo.

—Pues sí, creo que sí, estas no son horas de entrar en mi habitación y despertarme—volví a pronunciarme

—Vamos Eda, si solo son las 4:00 de la mañana ¿Qué mejor que yo te cuente algo?—Dijo gracioso mientras se peinaba el flequillo

Yo solo callé, mierda Eda, mierda, ¿Que debo contestar?, estaba sin palabras, este chico no hacía más que causarme bloqueos en la cabeza.

¿Wilson, deberías de marcharte mi cabeza no está para esta conversación ahora mismo—Mire hacia él de forma sutil?

—Miller eso son chuminadas, no puedes negar que te encanta que venga a visitarte—se acostó al otro lado de la cama

¿Pero este de dónde ha salido? ¿Qué hace ? No podía entender que estuviera en mi habitación y al lado de mi cama.

—¿Qué haces Jahn?, ¿Quién te ha dado permiso para tumbarte?—Le mire mal

Él sólo cogió mi diario de la mesita y me miró

—¿Para qué es esto?—Preguntó ignorando a mi pregunta de antes y curioseando

—Es mi diario, privado —Intenté quitárselo de las manos

Al ver que no podía me crucé de brazos.

—¿Acaso no ves que pone propiedad privada, ¿Te llamas Eda ahora?— Le miré a los ojos

Y pasó, me quedé embobada mirando al par de ojos que brillaban.

Sin saber que decir esperé a que él contestara.

—No, no me hace falta ser Eda para coger un libro que no es mío —Sonrió para luego dejarlo donde estaba —¿Me enseñarás qué hay ahí Miller? —Volvió a decir el rubio con los ojos más bonitos de toda la ciudad mientras me colocaba el mechón de pelo detrás de la oreja

Yo solo me sonrojé, ¡No puedo creerlo, me estaba sonrojando por el simple roce de su dedo en mi oreja!

—Creo que es mejor que te vayas , tengo sueño y mañana me despierto temprano —Dije después de reaccionar al suceso de antes

Cuando le pides un deseo a la lunaWhere stories live. Discover now