Capítulo 5 A toda velocidad

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Jahn Wilson

Me levanté y bajé a comer algo, parecía no haber nadie en la planta de abajo hasta que escuché una voz que procedía del salón.

Un momento ¿Qué hace este otra vez aquí?, Comencé a escuchar las voces que parecían hablar allí dentro, Liam le decía a Eda todo mi oscuro pasado.

—Jahm Wilson no es como parece, lleva mucho cuidado con él, primero te envuelve para que te pilles por él y luego juega contigo, a todas las chicas les hace lo mismo—Decía él sin dejar de mirarla

Me daban ganas de ir ahí y pegarle un puñetazo en la cabeza, ¿Por qué está arruinado mi plan para poder acostarme con ella? Se las verá conmigo ese maldito.

Ella parecía sería, dejó su zumo de naranja en la mesa para luego contestarle.

¿Se estará pillando por mí? ¿Debería seguir con mi juego y envolverla?

¿Debería de jugar con ella y salirme con la mía?

Todo el rato mi cabeza se preguntaba todas esas cosas.

—Todo el mundo habla de él como si fuera el más mujeriego de este lugar, pero a mí me gustaría averiguar porqué es así con las chicas, porque no se deja querer—Miro a Liam diciendo

No me quedé ni un minuto más, salí de allí cogiendo las llaves de mi coche para luego conducir hasta la playa.Este lugar era importante para mí, cada vez que estaba mal venía aquí para poder sentirme en paz, relajarme y poder pensar.

El mar hacía que entendiera mis pensamientos, era una medicina alternativa para poder sobrevivir.

No tardé mucho en volver a casa, entrenar ahora era lo único que me apasionaba, volví para meterme en el gimnasio.Cuando llegué allí me encontré con la enana de 1'49 lo cual estaba corriendo en la cinta.

Sólo la miré, estaba concentrada con sus auriculares, se veía tan guapa y sexi, esos pantalones le hacían una figura de locos.

No tardó mucho en notar que la estaba mirando así que decidí intervenir.

—Vaya pero si no llegas ni a los mangos de la máquina —Me reí con un tono burlón

Me encantaba hacerla rabiar, empezó a ponerse más roja de lo que estaba y comenzó a elevar su voz.

—Soy lo suficientemente alta como para poder coger el asa Wilson—Refunfuño ella dejando de correr

Era como una mezcla de arcoiris y fuegos artificiales, era tan dulce y a la vez tan explosiva como dinamita, eso me gustaba de ella, las mujeres con carácter siempre han sido mi debilidad y ella lo estaba empezando a ser.

No tardé en coger las pesas, en cuanto a la respuesta de ella, decidí reír y ponerme a entrenar.

Mientras estaba en el press de banca noté que me miraba, yo sabía que se volvía loca con estos abdominales quien no se moría por mí, el dios griego que toda chica desea.

Solo decidí preguntarle.

—¿Qué pasó? ¿Te mueres por tocarme los abdominales? —Dije para luego guiñarle el ojo

Ella solo me miró, ya estaba algo roja, me gustaba cuando le hacía sonrojar.

—Tienes el ego subidito a las nubes, no me muero por tocar tus abdominales—Pronunció para después coger las pesas

Empecé a reírme —Esas pesas no pesan ni 5Kg, ¿A quién pretendes engañar enana?—Sonreí descansando

Ella comenzó a reírse

Cuando le pides un deseo a la lunaWhere stories live. Discover now