Capítulo 1111-1120

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C1111

Por primera vez en su vida, Jonah experimentó el dolor de querer hablar pero físicamente no poder hacerlo.

El período de silencio más largo hasta el momento siguió al final de la transmisión, durante el cual todos los comandantes se derrumbaron en sus asientos y se perdieron en los mares turbulentos de sus pensamientos.

El obispo fue el más afectado.  Permaneció de pie, mirando el lugar donde había estado la transmisión y luciendo como si estuviera esperando que regresara y revelara que todo había sido una broma.

Esta era la primera vez que la veía tan desquiciada, pero si la repentina pérdida de una fuerza muchas veces más fuerte que la primera ola no la desconcertaba, entonces nada lo haría.

Sus labios se abrían y cerraban como si quisiera decir algo, y esos ojos que tantas veces habían disfrutado de su dolor ahora estaban llenos de falta de voluntad para aceptar la realidad.

Estaba devastada, y esto era visible para que todos lo vieran.  Había puesto todas sus esperanzas en esta fuerza que había ocultado tan hábilmente, pero ahora que había sido borrada de la faz del mundo de una manera tan increíble... Jonah estaba seguro de que debía estar reconsiderando todos sus pensamientos con respecto a Angaria.

Siguió mirando y mirando hasta que una baratija en su cuerpo la distrajo, después de lo cual ella también se sentó y quedó absorta en el pequeño disco que había sacado de su bolsillo.

Pero justo antes de que comenzara a recibir el mensaje que seguramente fue lo que la hizo moverse, movió los dedos y lanzó el hechizo sobre Jonah que le impidió moverse ni siquiera una pulgada.

Incluso los músculos de su rostro habían sido fijados en su lugar, por lo que en la habitación, solo podía mostrar una expresión que estaba atrapada entre la sorpresa y la euforia.

Sin embargo, nadie se preocupaba mucho por él, ya que todos estaban absortos pensando en su propio futuro.  Lo único que podía mover eran sus ojos, así que usándolos, miró alrededor de la habitación y fue casi como si pudiera escuchar todos sus pensamientos.

La primera ola estaba hecha.  Había sido erradicado tan a fondo que nadie sería capaz de creer que la Iglesia se estaba enfrentando a un solo continente cuyo tamaño no era nada comparado con la vasta área sobre la que tenían control, y como eran los comandantes, era muy posible.  que su destino sería mucho peor que el del obispo.

En su caso, al menos su vida estaría garantizada, pero los comandantes podrían ser enviados al frente de otras guerras más peligrosas donde tendrían que demostrar su valía nuevamente.

Jonah no sabía los detalles exactos detrás de todo lo que había sucedido, pero lo único que le importaba era que Daneel había estado a la altura de las circunstancias y destrozado las fuerzas de la Iglesia.  No sabía cómo lo había hecho e incluso si ese monstruo sediento de sangre que habían visto era él, pero su felicidad no tenía límites y realmente deseaba poder al menos cubrir su rostro y sonreír para sí mismo.

"Entra aqui."

Las palabras llenas de ira del obispo hicieron que todos miraran hacia arriba y vieran que algunas personas habían sido conducidas al gran centro de comando.  Llevaban una sotana de la Iglesia que no tenía color, lo que significaba que su rango debía estar oculto.

Por lo general, este era el caso de las personas poderosas que deseaban ocultar su destreza, pero estos cuatro hombres y mujeres definitivamente no serían de ese tipo, ya que todos se acurrucaron cerca de la puerta con expresiones asustadas en sus rostros.

Muchos de los comandantes fruncieron el ceño y se preguntaron quiénes eran, así que cuando el obispo volvió a hablar para dar la respuesta, escucharon con aparente interés, como si hubieran tomado la decisión de aprovechar esta oportunidad para distraerse de la terrible situación.

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