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—¿Mama porque tenemos que quedarnos a dormir en el colegio?— Hace un puchero cuándo su madre termina de ayudarla a decorar su cuarto.

Demian había contratado a una decoradora de interiores para que le diera el estilo de la habitación que Eva tenía en la casa Maloy.

—Es un colegio que tiene doble escolaridad, amor, y queda un poco apartado de casa, es por eso que es preferible que te quedes a dormir acá así no tenes que levantarte tan temprano todos los dias.— Acaricia su mejilla mientras que la pequeña rubia suspira a puro desgano.

Eva hace un puchero instataneo con sus labios. —¿Pero ustedes nos quieren verdad?— Sus ojos se cristalizan.

Al mismo tiempo que el pecho de la castaña se estruja al escuchar las palabras de su hija pequeña de seis años... Quién va a empezar su primer grado en el instituto.

—Por supuesto que sí mí amor, mamá y papá van a venir cuando vos no llames y nos necesites— Le asegura besando su cabello.

—¿Si?— Sonríe emocionada de saber aquello.

—¡Claro que si!— Sonríe. —Y todos los viernes vendremos a buscarte para que estemos juntos hasta el lunes.— Explica.

Abre sus brazos emocionada y la pequeña Eva comienza a cambiar su rostro, a uno un poco más animado a medida que va escuchando lo que su mamá y su papá le dijeron en reiteradas oportunidades.

—¿Derek también va a quedarse conmigo?— Pregunta deseando que la respuesta sea afirmativa.

Adela infla su pecho un poco más entusiasmada. —Derek y Francis, estarán los tres juntos.— Sonríe.

Eva aprieta sus labios, aquella respuesta la dejaba mucho más tranquila. —Te quiero mucho mamá y te voy a extrañar.— Suspira pero sonríe finalmente.

—Yo también te quiero, cielo.— La abraza y una lágrima se escurre por su mejilla, pero inmediatamente la limpia para no asustar a su pequeña.

—¿Fred y Aiden también se quedan?— Sonríe.

Y su madre también lo hace orgullosa de que sus hijos se hayan empezado a llevar también con sus custodios en particular la pequeña Eva.

—Ellos van a estar con nosotros pero vendrán a verlos más a menudo.— Le guiña un ojo.

—¿Me traerán helado?— Sonríe esperando que la respuesta sea un grandioso: "si".

—Podemos hacer que eso ocurra.— Le guiña un ojo.

Suspira doliendole mucho el hecho de tener que dejar a su hijo, tanto así como también a su pequeña, pero saben que es la mejor elección que pudieron haber tomado ambos.

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—¿Nena estás bien?— Demian besa su frente mientras que la abraza atrayendola hacia él.

Adela asiente apretando sus labios. —Me duele mucho la cabeza.— Hace un leve puchero y él suspira volviendo a besar su frente.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora