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Para Elena: —"Llegamos, aún estás a tiempo de venir, el jet sale a la tarde y vuelve mañana, pensalo por favor."— Envía el mensaje teniendo fe.

Adela lo mira con una pequeña sonrisa.  —¿Todo bien?— Cuestiona.

Él guarda el móvil. —Lo siento.— Tiñe sus mejillas de colorado.

Ella sonríe mordiendo su labio inferior. —Supongo que es la persona por la cuál no le diste atención a Luna.— Habla dulcemente.

Theo traga saliva. —Si, es algo complicado, y especial al mismo tiempo.— Sonríe de forma cínica.

Adela asiente apretando sus dientes. —Lamento que no pueda estar acá con vos ahora, e imagino qué tu rostro de preocupación es por eso.— Infla su pecho, poniéndose en su lugar.

Estaba más que claro que aquella situación no le venía nada en gracia, y que estaba hasta la médula de la protección de Demian y de qué nunca se le diera en la totalidad la información.

No obstante, también se ponía en el lugar de los demás empleados qué no tenían porqué irse al medio de una isla desierta solo porque Demian lo había demandado, dejando sus vidas en pausa.

Él hace una murca tierna con sus labios. —Demian quiere que venga, incluso, pero ella, ella es la que no quiere, por eso es algo por demás complicado.— Bromea.

Porque si no lo hace, se pondrá a llorar de inmediato, es claro qué le está costando horrores abrirse hacia Adela, y sin embargo, se siente tranquilo comentándole aquella pequeña parte qué no es más que la punta del iceberg.

—Lo siento.— Infla su pecho, apretando sus labios, sin saber que decir.

Theo le guiña un ojo, y siguen avanzando, mientras qué le señala con una mano por dónde avanzar. —Esta será por un tiempo tu hogar, y espero te sientas cómoda.— Sonríe.

Adela mira anodada todo, era arquitecta, le encanta todo lo que tiene que ver con casas, cómo no le iba a gustar y admirar lo que tenía frente a sus ojos, hasta podría llegar a decirse, que se estaba olvidando del hecho de porque se encontraba en aquella propiedad...

—Es perfecta, las sombras, los desniveles, imagino que se hizo hace pocos años, ya que ese tipo de ventanales no estaban hace ocho años, salieron al mercado hace tres o cuatro como mucho...— Habla tímida, pero segura. —Aunque bueno, viniendo de tu jefe pudo haberlos hasta incluso traídos desde su origen mucho antes de llegan acá.— Rueda los ojos recordando el poder que tiene el rubio...

Theo suelta una carcajada y asiente, dándole absolutamente toda la razón.

—Así es, la isla se la regalo un tío y él decidió crear esta propiedad y tenerla como su refugio cuándo el trabajo lo agotara... Nunca lo usamos cómo casa de seguridad, está es la primera vez...— Admite, hasta incluso sorprendido... —Demian tiene cuatro casas de seguridad repartidas por el mundo, pero cómo lo dice la palabra de las mismas están en barrios de muy buena posición, pero son mucho más modestas de lo que es esta propiedad... Porque la idea, por supuesto, es de ser lo más visibles posibles.— Sube sus hombros.

Una "o" se forma en el rostro de la castaña.

—Se mas de él por vos, que por él... Eso me causa mucha gracia, sos cómo su vocero oficial... Aúnque, no sé si le gustará que me cuentes todas estas cosas...— Susurra con desgano.

Theo sonríe, restándole importancia con un movimiento de mano.

—Él es un poco duro, pero no es un ogro, Adela... Quizás algún día lo puedas conocer y vas a darte cuenta de qué lo digo es lo correcto, me caracterizó por ser una persona muy objetiva, es por eso qué hasta a veces choco con él...— Explica dulcemente, mientras recorren más de la fachada.

EL PROTECTORWhere stories live. Discover now