Dejé que Lezanger fuera el primero en hablar cuando cesó su crisis, y que lo hiciera cuando se sintiera lo suficientemente cómodo como para volver a intercambiar palabras. Yo tenía miedo de indagar en su dolor, quería que él conversara el tema al creerlo oportuno.
—¿Los vampiros de esta banda viven en Montemagno? —me apartó con suavidad para alcanzar el álbum que tenía sobre su cómoda.
Me senté de un golpe, cuidadosa sí al responder para no arruinar la oportunidad. Kham evadía charlar sobre lo ocurrido a su pequeña amiga, pero la elección de distracción me convino. Él se concentraba en el paisaje que aparecía en la foto.
—Desconozco dónde estén, pero averiguarlo no debería ser un problema.
—¿Entonces no sabes si tocan todavía?
—¿Te interesa? —azucé inconsciente.
Me reproché cuando me miró ceñudo. El momento había sido igual de especial y efímero que si un pequeño pájaro se hubiera posado en mí, de repente casi alzaba las alas... pero se mantuvo quieto.
—Esta música y su nivel...— habló contemplando la imagen de la carátula —No puedo describir lo que me hace sentir. Se me pone la piel de gallina. Es arte místico, genera una experiencia cósmica, es como una frescura para el alma. No entiendo cómo es que no los había escuchado antes. Estoy seguro de que todavía no me vuelvo lo suficientemente loco como para que me guste lo que siempre me ha dado ganas de vomitar, esto es nuevo— sacudió el cartón.
Dijo aquello con tono apacible. Cuando continuó lo hizo con impredecible entusiasmo, justo después de limpiarse las últimas lágrimas que quedaban empapando sus ojeras.
—¡Necesito saber qué instrumentos usan! No puedo distinguirlos todos, creo que tocan con unos que no conozco, sobre todo con las flautas, me cuesta reconocer el tipo de sonido.
—Deben ser zansvrikos.
—¿Sabes cuáles?
—En la biblioteca de Montemagno hay glosarios de instrumentos.
—¿No tenemos ninguno aquí?
—Lo siento, no.
—¿Y los instrumentos como tal? Me imagino que en Montemagno deben guardar al menos uno de cada uno, para colección, además de los de uso frecuente.
La verdad era que allá yo nunca había visto un acopio de tal magnitud, ni escuchado que existiera. Solo aquellos que los esclavos cargaban al momento de tocar las melodías populares. Traté de pensar con astucia las próximas palabras para no decepcionarlo demasiado.
—Los glosarios te los aseguro. Precisamente a bandas como esta no las conocías porque no es lo que se acostumbra a escuchar en festivales, mucho menos en los ritos.
—Pero es una forma folklórica— alegó —O a mí me lo parece. Sí, es electrónica, y tiene estilos de rock sobre todo psicodélico, pero tiene que tener raíces en la tradición musical vampírica porque suena cultural, además de que cuando cantan, por poco que sea, lo hacen en zansvriko.
—Aun así, no es la música típica... por lo que es posible que los instrumentos que quieres conocer no sean los mismos con los que ambientan en la casa del sol— me incliné hacia él, susurrándole entre sonrisas cómplices —Pero, ¿Quién se negaría a atender las órdenes de un príncipe? Nada más tienes que pedir lo que quieras.
Relajó sus hombros a medida que exhalaba después de una inspiración profunda. El brillo en sus ojos se redujo, y dejó el álbum a un lado antes de sentarse en la cama de modo que quedó frente a mí.
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Herencia Roja | Libro 13
VampireContinuación cronológica de Reverdecer Vampírico - Saga Crónicas Zansvrikas ♥ Sinopsis: La dinastía León se fortalece. Un nuevo comienzo emerge de las ruinas, soplan vientos buenos de transformación. Sombras del pasado regresan como peligrosas amena...