CAPÍTULO I

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Extrañará la vida en Argentina, Lionel tiene ese pensamiento muy presente, pero este tipo de oportunidades solo aparecen una vez en la vida.

Su abuela lo siguió en su pasión por el fútbol, vio en el potencial que nadie observaba, fue un camino duro, perder a su fanática número uno a tan corta edad le quito parte de su corazón, pero ahora estaba dando frutos, hace unos meses en la culminación de un torneo, agentes de una prestigiosa universidad mexicana se acercaron a el ofreciéndole una beca estudiantil junto con un cupo asegurado en el equipo del instituto a cambió solo tendría que concluir sus estudios y jugar para ellos.

“Serías un tonto si lo rechazas”, le había dicho su amigo Sergio, su familia no estaba tan entusiasmada, pero apoyaron su locura.

-Pasajeros del vuelo no. 13-10 con rumbo a la Ciudad de México, favor de dirigirse a la puerta de abordaje- La voz del llamado sacó a Lionel de sus pensamientos, sentía los nervios en la boca del estómago, esto ya era real, se iba a ir de Argentina, no volvería a ver a su familia en mucho tiempo, sintió lágrimas queriendo salir, no va llorar, ya lo hizo cuando se despidió de su familia hace una hora.

Con 17 años casi por cumplir los 18, Lionel Andres Messi Cuccittini se dirigió hacia la ciudad más grande de latinoamerica.



Al aterrizar tomo su equipaje compuesto de una mochila y una maleta pequeña, se dirige a la salida. Como puede agarra transporte hasta donde se supone que esta la casa de estudiantes en donde va a vivir los próximos 4 años de su vida.
Baja del autobús, y se encuentra en lo que parece un barrio no tan descuidado, hay tiendas y pasa por lo que parece ser una construcción, no le da importancia y camina tratando de ubicarse con el maps.

-Del oxxo hacia a dentro- es difícil moverse con la maleta y el celular en la mano, el hambre ya lo carga de mal humor y no presta demasiada atención a su entorno- ¿Quién pone un oxxo enfrente de otro?, serán pelotudos- dijo mientras trataba de adivinar cuál de los dos se refería, cuando ubico la dirección empezó a caminar por una calle que no estaba tan transitada mientras observaba su celular.

Messi suelta un pequeño chillido cuando siente que lo empujan hacia la pared, intenta forcejear pero cuando siente un metal en el cuello, toda su sangre se congela, el corazón le está latiendo a mil por hora.

-Vas güero, caite con la mochila, pero en corto carnal- le dice un hombre que no es mucho mas alto que el, es de tez blanca y cabello corto, Lio no reacciona.

- Ya te la sabes wey, caite- Le secunda otro hombre más alto, delgado y moreno.

-Yo no se de que me hablas- pudo formular Lionel con voz temblorosa y ojos llorosos.

-Dame la mochila wey, rápido o te picó- le dijo el más bajo.

-Chicha, este pendejo no reacciona, a ver presta pa acá- dijo mientras de quitaba la mochila- Dame el teléfono- extendió su mano.

Fue ahí donde reaccionó -Porfavor no me roben, acabo de llegar, no conozco por aquí- empezó a rogar.

-Lo siento carnal, te toco la mala- Dijo el que al parecer se llamaba Chicha mientras tomaba su maleta y celular.
En menos de cinco minutos, se encontró sin pertenencias en una ciudad donde apenas llevaba cuatro horas.

-La puta madre- Dijo Lionel sintiendo como su cara se llenaba de lágrimas.







-¡Guillermo, ve a dejar los pedidos!- Gritaba su madre mientras que el se apuraba a desayunar.

-Voy jefa, no me grite- dice con la boca llena, mientas toma sus llaves.

-Te estoy diciendo desde hace media hora Guillermo, los de la construcción salen a comer a las diez, faltan quince minutos, vuelale cabron.-

Se monto en su moto, mientras en una bocina colgada del manubrio se escuchaba Frikitona de Plan b, tomo el camino corto, se hacia unos 5 minutos si ignoraba los altos.

Llego con unos minutos de sobra, pero los trabajadores ya estaban empezando a salir.

-Quiubo mi Memo, ¿Cómo anda la Jefecita?, mira que como extrañé sus tortas-

-¿Como anda Don pancho?, todo bien por allá en la tienda, que bueno que ya regresó al trabajo- Contestaba Memo mientras repartía los pedidos, se quedó un rato platicando con los trabajadores, se despidió mientras subía a su motocicleta.

Decidió tomar el camino más largo esta vez, disfrutaba mucho el viento en sus chinos, así que iba a aprovechar, iba cantando, mientras disminuía la velocidad, pues iba a entrar a una calle de doble sentido y ahí si hay que  tener cuidado.

A lo lejos ve una figura de un muchacho delgado, con cabello claro, al acercarse se percata de que está llorando, da vuelta en U y se estaciona justo en frente de él.

La llorona se queda corta, el hombre frente a él está temblando como chihuahua en 12 de diciembre, y mas pálido que la horchata chirría que hace su tía Licha.

-¿Pero que te pasó, güerito?- Memo se acercó a Lionel y le tocó el hombro, el más bajo se sobresalto y miró directamente a la persona frente a él. Guillermo sintió que su corazón se estrujaba al ver los ojos llorosos de Lionel.- Para empezar, ¿Cómo te llamas?.

- Yo… no se, estaba aquí, y me dirigía a allá, pero entonces vinieron y me empujaron, y puso eso en mi cuello y yo no…- el argentino no podía formular palabras coherentes, todo se reducía a hipos y balbuceos.

- Calmantes montes, a ver respira conmigo, Inhala y exhala- Guillermo procedió a guiar la respiración de Lionel en repetidas ocasiones. El más bajo sentía como poco a poco su corazón disminuía de velocidad y la calma llegaba a su cuerpo.

-Ahora si, cuenta- dijo Memo.
-Llegue hoy a la Ciudad, soy de argentina y me dirigía a una casa de estudiantes llamada “Las Flores” pero dos personas me quitaron todo lo que traía, mi mochila, mi maleta y mi celular, no se que voy a hacer, en mi mochila traía todos mis papeles- La voz le salía temblorosa- Me llamo Lionel por cierto.

- Bueno mi Lio, al parecer la virgencita te mando al ángel correcto- Dijo dirigiéndose a su moto, de la pequeña hielera que se encontraba atada en la parte de atrás, sacó una torta que le había quedado del pedido- Ten cometela pa que se te vaya el susto.
-¿Qué es?- dijo el más bajo mientras lo tomaba.

- Una torta de jamón, pero esta es especial, es de bolillo, el arma más efectiva contra el susto- Dijo Memo mientras sacaba su celular del bolsillo del pantalón.

“¿Qué mierda decis?” piensa en sus adentros Lio.

-Esto es un sándwich- tomo una mordida.

- Se me olvida que ustedes los che, son raritos, le dice Palta al Aguacate- Memo buscaba en su celular los contactos de sus amigos. Lio rodó los ojos con exasperación.

- Oye, ¿mas o menos recuerdas como eran los malandros que te asaltaron?- Memo esperaba que fueran unos de sus compas, aunque el tenía esperanza de que ya hubieran dejado esos pasos.

-Uno era alto y moreno- Trago el alimento y prosiguió- el otro era bajo y blanco.

-No pos si- No le ayudaba demasiado esa información- Dejame y le llamo a alguien – después de tres sonidos se escucho la voz de un hombre en el otro lado de la línea.

“¿Qué chingados quieres, cabron?, son apenas las 11”- La voz de Andres denotaba molestia.

“Chaparro, necesito un parote”

“Ahora que”

“Me acabo de encontrar a una persona que asaltaron, quiero ver si no fue uno de los pendejos, pa que le regresen sus cosas”

“ No pos ta cabron, estoy con el Chucky deja y nos vamos a la cancha, a lo mejor ahí andan”

“ ¿Por qué esta el Chucky tan temprano en tu cantón?”- Dijo Memo con tono de burla.

“Ooh que le chingada, que te importa”

“ Ya lo suponía, bueno ya estas mi Guarda, no vemos en la cancha”

“Sisisi, a la verga”- Andres terminó la llamada.

-Lio, vente- Dice Guillermo mientras se dirige a su motocicleta- Vamos a buscar tus cosas-

Lionel se sentía inseguro de subir pero que otra opción tenía. Se monto en la parte de atrás, pero la hielera provocaba que se pegara demasiado al más alto.

-Agárrate bien, güerito, por que no traigo casco, si te caes ya valiste.- aceleró repentinamente, Lionel solo atinó a aferrarse a la cintura de la otra persona.



Notas: Qué nervios, espero y les guste, favor de no dejar malos comentarios que lloro. 🥲

DE MI BARRIO A TU CORAZÓN.Where stories live. Discover now