cap6

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Jimin miraba todo a su alrededor pero antes de hacer cualquier cosa, incluso de pensar en girar su cabeza para todos lados y escanear el lugar,  toco su cadera en el borde de su bóxer un pequeño cuchillo con un forro que quito sin moverse demasiado, escucho unos pasos cerca y cerró los ojos volviendo a su postura original. El otro chico puso un paño helado en su frente, un tanto preocupado, pero sin saber muy bien el por qué de sus acciones impulsivas, el chico levantó su mano para tocar el cabello de jimin que en la raíz se ve un tanto rosada, pero para sacarse cualquier duda prefería verificar, al tocar el primer mechón, quito su mano, con los ojos muy abiertos viendo como su mano goteaba sangre aun en dirección al omega quien tenía la respiración agitada por su movimiento sin sentido, el alfa simplemente lo miró mal y se cubrió la herida en su mano con el paño se supone que era para la cabeza del omega.
— que mierda te pasa?, psicópata de mierda!— grito enojado él omega  parándose de un instante a otro mareado, en el camino a salir de aquel lugar se tropezó con sus pasos torpes, cerro los ojos para esperar el impacto del suelo pero en su lugar unos fuertes brazos lo llevaron a estilo princesa hasta el sillón, volviéndolo a sentar.

— que mierdas tu!, como te desmayas en la puerta de la universidad, como mierda puedes salir sabiendo que estás mal...— hablo un poco alto haciendo k los oídos del omega zumbaran hasta que ese sonido pasara a un fuerte pitido donde únicamente podía ver los labios semi finos del alfa moverse sin emitir ningún sonido y poco a poco haciendose borroso hasta perderlos de vista y caer nuevamente en la oscuridad.

— cuidado..no me gusta su vibra, no me gusta la forma en como te mira, cuidado con ese alfita de cuarta, si me necesitas solo sácame un rato, no es como si pudiera ser libre otra vez..— aquella voz un poco más dulce que la de jimin lo dejo más tranquilo, asimilando que su falta de fuerza es por el unir lobo y cuerpo otra vez, sin esas pastillas rojas no se van a separar por un buen tiempo y con las naranjas va a poder mantenerlo tranquilo, a su merced lo que claramente tranquiliza mucho a jimin.

Abrió los ojos de vista y miró al alfita poniendo otro trapo helado en su cabeza.— no te hagas el amable alfita, igual gracias aun que claramente quieres algo a cambio.— dijo levantándose de ese sillón lentamente para no marearse pero tan solo ese acto hizo que lo más primitivo en jungkook se prendiera, ese deseo de tomarlo, eso de saber que es más fuerte que él, que claramente lo podría hacer suyo solo moviendo un dedo, pero... "a quien mierda engañas jungkook Nunca has tenido suficiente autocontrol" se dijo a sí mismo para luego tumbar a jimin en el sillón otra vez con él encima, atacando su cuello, con necesidad.

— lo sabía, estas en celo, adivina que...— olfatea un poco y reconoció algo y aunque no demostró esa gran flama de odio lo sintió quemar hasta lo más profundo de su alma.— tu, eres mio desde el primer instante que te vi, alfita.— tomo sus labios con pasión mordiendo como a él le gusta desquitarse lo que a estado guardando hace unas cuantas horas, entregándose al placer, besos, lamidas, succiones, mordidas, moretones y mucho masoquismo los llevo a la locura mutua, hasta ese punto en que a jungkook por primera vez le picaron los comillos al llegar al clímax y estuvo apunto de hacerlo de no ser la patada que jimin le pudo en las pelotas.

— no, ese lugar ya lo teniene alguien, tu,  solo eres pasajero.— lo miro con despreció y se vistió tranquilo, tomo su navaja y salió de aquel apartamento que en realidad no está tan lejos de la universidad, llamó a Juan y en unos minutos freno un auto haciendo ruido en todo el lugar de el bajo juan para abrir la puerta de jimin y posteriormente comenzar a manejar a todo lo que da el auto, con una sola oración en la mente "quiero una paleta" aquella que hace solo un año dejó de escuchar, y que en verdad le implantaba terror a cualquier persona, menos a seis, el señor seokjin, el señor namjoon, el señor hoseok y su esposo taehyung, el joven yoongi y el joven Jackson  estas personas lo podían mantener calmado unos minutos pero solo el joven eunwoo lo ponía a dormir con solo una canción.

Juan estacionó el auto y bajo lo más rápido que podía para abrir la otra puerta, jimin bajo ahora con el cabello rosado y ojos miel, dulces pero tenaces.

Jin abrió la puerta y se desconcertó al ver que su hijo ahora era rosado y eso solo significa una cosa...
— jimin, hablemos.— dijo de una forma delicada, sutil pero sin quitar la entonación de autoridad.

— claro, padre.— jimin respondió de forma irregular y eso no pasó por alto en la cabeza de jin, el sabía lo que estaba pasando con su hijo.

Se sentaron en el sillón "tranquilos"
— jiminshi, quiero hablar contigo. Sabes lo que paso hace un año verdad?  Aún lo recuerdas... necesito que mantengas a tu lobo calmado.

Jimin

*Hace un año*

—YA! BASTA! AYUDA! DUELE, POR FAVOR BASTA JIMIN ME DUELE!— gritaba desesperada la menor, yo solo podía mirar desde dentro, encerrado en mi propio cuerpo viendo como el lobo que llevo dentro mata a mi hermana, mi sangre, mi princesa... y lo peor es  que se que  no puedo hacer nada en esta oscuridad donde estoy obligado a mirar al frente y ver como esta bestia tortura a mi hermana menor.

— oh... cariñito, solo estoy jugando, podrías resistir un poco más  por tu lindo oppa—  puso las manos al alrededor de su cara luciendo tétrico en ves de adorable y aun que ella siguió rogando el no paro. Luego De tratar de luchar contra el llegamos al trato..

— si tu me consigues ese collar al fin saldré de tu cuerpo y no mataré más personas que amas, aun que hiciste bien  ocultando que yo mate al mejor amigo de tu papi— ladeo la cabeza con su caracteristica sonrisa canina.— pero... recuerda si juegas sucio lo sabré y matarea a todos tal como lo hice hoy.

Actualidad

— lo recuerdas verdad?, tus pastillas.. las encontré en el basurero del baño, no te las has tomado, por favor jiminshi,  solo tomate una, sabes que lo pondrás a dormir por un largo rato, hasta que pasen las horas que corresponden.— papi jin me extendió el frasco  con las patillas anaranjadas y yo me heche una a la boca, y en cuestión de segundos deje de escuchar ese pitido insoportable en mi cabeza y ese sentimiento doble en mi pecho se fue dejando solo el original: sed de venganza.

— ya esta, no va a tomar el control otra vez papi, me costó que la familia entendiera que no fui yo, y no me voy a arriesgar que ellos cambien de opinión y cuando logre lo que necesito de esta bestia, la mataré...— me levanté decidido en seguir con mi plan e investigar, papi tomo mi mano frenandome antes de comenzar a caminar.

— si lo matas... tu también morirás, lo sabes.—me miró a los ojos mostrando su preocupación.

— encontraré la forma.— le di una sonrisa sincera y camine hasta la habitación de yoongi hyung, abrí la puerta claramente no esperaba encontrármelo follando con una omega del personal.

— no quería ver eso— dije con un puchero.— y tampoco es justo, tu te puedes acostar con el personal y yo no puedo con los guardias! Injusto!— patee el suelo haciendo berrinche mirando feo a la omega que se vestía a la velocidad de la luz, evitando mi mirada.

— valla,  literalmente hiciste un trato con el diablo hermanito.— yoongi tomó su bóxer y se lo puso para levantarse de la cama y prender un cigarro, se perfectamente que se refiere a mi color de cabello.

— estoy desesperado, ayúdame, necesito que busques a todos los lobos que tengas olor a cedro... no saltes ninguno, los voy interrogar a todos.— con una sonrisa se paro de la cama y camino directo a su computadora comenzando la búsqueda.

— toma asiento jimin, esto va  a tardar.

El Príncipe De La Mafia Where stories live. Discover now