Capítulo 42| Algo Nuevo

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"Sólo puedo confiar en que Jennie quiere lo mismo y está dispuesta a romper sus propias  reglas para estar conmigo".

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Mis manos sujetan el volante firmemente, mientras miro la vía llena de tráfico. Siento que me hiperventilo mientras más me acerco a las oficinas, respiro como si tuviera cuatro pulmones, y mi cabeza sufre de una saturacion de ideas.

Algo anda mal. Kiatzia era personal de KBS en Hawái, después en el crucero, y ahora en el equipo de Joon.

Él sabe guardar secretos, pero no es su elección guardarlos muy seguido. ¿Desde cuando ella trabaja para él y por qué es tan putamente frustrante? En realidad, sé por qué.

Dado que el tráfico no me dejará entrar al estacionamiento privado, me veo en la necesidad de estacionarme justo frente al edificio de la compañía, llamando la atención de algunas personas en la cera. Camino sin mirar atrás, esperando que las personas no quieran acercarse a mí cuando no vengo en buenas circunstancias.

El portero abre la puerta mirando el suelo vagamente, haciendo una reverencia rápida y anunciando a el personal que he llegado. Esperan que venga a ver a algún productor, un compañero, o sólo a practicar, pero cuando el elevador comienza a subir al piso 4, todos inclinan sus cabezas con los ojos muy abiertos.

La secretaria de Joon me recibe con una gran sonrisa, asumiendo que ya he avisado de mi visita a mi manager. La puerta corrediza se hace a un lado y la figura de Joon en su silla me da un dèja vu.

—Buenas tardes —hablo con una ensordecedora voz, haciendo al cuello de Joon crujir al voltear.

Sus cejas se juntan y todo su rostro me demuestra que no esperaba siquiera saber de mí.

—Buenas tardes —responde vagamente, regresando la vista a sus papeles—, ¿algo especial que no puedas decirme por chat?

El ruido en mi cabeza y la fuerza que hago para mantenerme quieta me suplican actuar rápido.

—¿Tú enviaste a Kiatzia conmigo ese día?

—¿Kiatzia?

—¿Ese es su nombre o lo inventaste? —mi voz sale con la ira que no puedo mostrar de otra forma. Su rostro se endurece y sus intenciones de permanecer en silencio son evidentes. Saco mi celular del bolsillo y busco la imagen que guardé de Kiatzia, la única aparición que tuvo en el programa. Mis dedos no se mueven como deberían, la molestia del momento afecta en cada cosa que hago—. Ella, es ella. ¿La conoces?, porque yo no soy la que contrata gente para el equipo, eres tú.

Joon aguanta el aire y finalmente estira su espalda sobre la silla, abriendo su cuerpo hacia mí. Intentando ser seguro y confiable.

—Ella se llama Karla, es española...

—Eso no es lo que te pregunté.

Sus labios se cierran, completamente en línea.

—Ella hace muchas cosas por su cuenta.

Mi barbilla sube, e inmediatamente intenté reírme realmente.

—Eso incluye seducirme, justo cuando estoy intentando tener una relación después de años —digo, fingiendo encontrarle algo cómico al tema—, con la persona que tú no querías ver conmigo.

—Lisa, Karla es solo una asistente y traductora.

La actitud insolente de Joon está solo cuando cree que tiene el derecho de sentirse así. Ahora no es más que una máquina respondiendo con dificultad.

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