☆ - Capítulo 10 - ☆

11 2 2
                                    

Como se había dicho, Niina investigo alguna manera para que Hanabishi volviera al pueblo lo más rápido posible. Ya estaban a unos días del concierto por lo que ella tampoco es como si tuviera verdaderamente tiempo libre.
— Hay un tren que tiene una estación en un pueblo cercano al tuyo, conseguí tu boleto para el 28 de octubre para las 6:30 de la tarde — Hablo al mismo tiempo que confirmaba su compra por el computador. —, que mala suerte, no podrás estar en mi concierto.— Dijo algo apenada.
Hanabishi sólo rodo sus ojos y se fue directo al cuarto de huéspedes sin siquiera agradecerle.

Sólo quedaban cuatro días ya para el concierto, cuatro días donde los dos ex-amigos no se dirigieron la palabra si no era necesario. Seito acompañó a Niina a todos sus ensayos, después de todo ya eran algo así como pareja oficial o eso es lo que parecía.
Aquellos días tan rutinarios que desaparecieron tan rápido, días donde todo se basaba en ver a Niina ensayar, dar algunas entrevistas, interactuar con sus fans el poco tiempo posible y pasar su efímero tiempo libre.
Era la hora de la comida cuando hicieron una pausa, para este momento se les había juntado con el almuerzo. Niina y Seito se aislaron del equipo esta vez para darse un tiempo juntos, eligieron una mesa pequeña cerca de la única ventana del amplio comedor, se sentaron uno enfrente del otro y finalizaron sacando sus toppers con su comida.
— Moría de hambre. — Ella dijo para después dar un gran bocado a su comida.
— No entiendo como puedes pasar tanto tiempo sin comer, yo no sobrevivo ni cuando me retraso por unos minutos. — Bromeó y rio un poco.
Ella también rio.
— Supongo que te acostumbras cuando se vuelve rutina.
— Sin contar que en tus ensayos debes cantar, bailar...— Decía mientras contaba con sus dedos pero decidió parar al ver la expresión seria de ella. — ¿Dije algo malo?. — Preguntó ingenuo.
— No, sólo que...— Quedó pensativa. —...me pone feliz ver hasta donde he llegado. — Mintió con un tono de positivismo extremo.
Seito noto la mentira y Niina se dio cuenta.
— ¿Sabes?, cuando llegue aquí estaba igual de desorientada que tú — Rápidamente captó la completa atención del que tenía enfrente. —, algo obvio después de vivir toda tu vida en un pueblo tan alejado de la sociedad moderna. Lo importante es que di todo de mi para ser aceptada en todos los concursos que tenía a mi alcance y me siento orgullosa de haber logrado llegar hasta aquí, por no rendirme. — Relato con gran orgullo.
— Eso es grandioso, mereces todo tu éxito actual y más. — La felicitó con gran sentimiento.
— Gracias, me has demostrado gran fidelidad incluso cuando Hanabishi te quiso llevar con él. — Agradeció dulcemente. — y por eso quiero preguntarte, ¿Quieres convertirte en mi asistente personal?
Seito dio un grito de la emoción pero rápido se tapo la boca.
— Sí, acepto. — Acepto fingiendo estar calmado.
— Eres tan dulce.

Por otro lado, Hanabishi había aceptado por fin su derrota y sólo se dedicó a vagar en la ciudad por su cuenta, Niina le regalaba dinero por si lo necesitaba (y para ganar confianza) y también lo orientaba cada que se perdía.
Ya el siguiente día sería el concierto de Niina y eso significaba que en poco tiempo también tendría que irse, por lo que se encontraba empaquetando en una maleta (que le regaló Niina) todas las cosas que había comprado y unos cuantos regalos para Mariha.
Para este momento ya se sentía completamente rendido, sólo termino de empacar sus cosas, cerro la maleta y se sentó en una orilla de la cama para pensar un poco. Por más que intentaba no pensar en el problema actual, no podía sacarlo de su cabeza. Decidió dejarse caer en la cama, continuo pensando, hasta que el pensamiento sobre que desde un principio Seito quería venir a vivir junto a Niina termino de agotarlo mentalmente, así que sólo se levantó, decidió ir a cocinar algo para distraerse y de paso comer algo.

Transcurrió el día de manera más apresurada para Niina, ya que mañana sería el concierto y debía estar todo perfecto. Ella junto a Seito parecían estar de un lado a otro en casi parpadeos.
Ya cuando por fin finalizó todo, volvieron a casa en el auto de Niina.
Al llegar, tan sólo fueron directamente a dormir, ambos estaban tan agotados que ni siquiera se dieron las "buenas noches".

Du hast das Ende der veröffentlichten Teile erreicht.

⏰ Letzte Aktualisierung: May 09 ⏰

Füge diese Geschichte zu deiner Bibliothek hinzu, um über neue Kapitel informiert zu werden!

• Perdidos En La Ciudad • ChinchikurinWo Geschichten leben. Entdecke jetzt