-44-

531 74 14
                                    

Chuuya miraba por la ventana de su habitación en el hospital, mil pensamientos se mezclaban en un torbellino que no dejaba nada claro al final. Sabía que mudarse era un asunto de urgencia, pero aún así lo ponía ansioso la idea de dejar su departamento, ese lugar le traía malos recuerdos, pero era lo único que recordaba como un hogar.

-¿No han venido, cierto?

-Lo siento Chuuya, he intentado llamarlos, pero ninguno de los dos responde.

Atsushi y Akutagawa habían desaparecido del mapa, Chuuya supuso que eso era lo que se ganaba por desaparecer durante tanto tiempo y no responder a las llamadas o mensajes de ninguno de ellos dos.

Sin embargo... Dazai había asistido a él cuando lo necesitaba. Sin esperar nada a cambio.

Había estado ahí día y noche, varías veces incluso lo notó desvelado por cuidarlo.

Y lo hacía sin pedir nada, solo quería verlo bien, según lo que Dazai aseguraba.

Horas después, Dazai descansaba sobre sus brazos, como siempre se quedaba a su lado, su mirada cansada se escondía debajo de sus párpados, las ojeras se habían vuelto mucho más notorias, incluso Chuuya diría que estaba adelgazando un poco.

Se sintió culpable por sentirse tan alegre de tenerlo a su lado.

Estiró el brazo lo suficiente para alcanzar su cabellera castaña, cuando lo tuvo al alcance despeinó sus cabellos chocolate.

-No sé por qué haces esto... No... No tienes ninguna obligación conmigo. Y aún así, aquí sigues... No sé que hice pero, gracias. Cielos, podría decir incluso que te debo la vida. Creo incluso que me gustas... Ah, ¿Que cosas digo?

Un suspiro escapó de la boca de Dazai, Chuuya retiro la mano, asustado por haberlo despertado y que haya escuchado lo que le dijo.

Sin embargo no pasó más allá de ese suspiro, Chuuya retomó su labor acariciando su cabello.

¿Dazai le gustaba?

Era lindo... Atento, y había estado para él en el momento en que más lo necesitaba. No lo había abandonado, un nudo se asentó en su estómago al pensar en la posibilidad de que Dazai decidiera apartarse de él.

Mierda, si gustaba de Dazai. No consideraba sus sentimientos como algo problemático, sin embargo, aún recordaba lo ocurrido con su ex novia y Paul...

-Oh, mierda... Paul ya no está...

Recordar que su hermano había muerto le dio una sensación de náuseas, ¿Cómo se puede olvidar algo así de importante?

Había tenido cierto grado de responsabilidad en la muerte de su hermano, se había negado a sentir algo ante la noticia de que Paul murió, y ahora se olvidaba del hecho, era realmente un mal hermano, el peor por mucho. Y por supuesto, un asco como persona.

-¿Chuuya?

Dazai se había despertado al escuchar su lloriqueo, Chuuya lo miró, con una mirada desesperada, las lágrimas corrían por sus mejillas mientras tiraba de su cabello con desesperación, logrando arrancar más de uno, Dazai tomó sus manos con delicadeza, pero de igual modo era firme sosteniéndolo.

-¿Cómo pude olvidarlo? Mierda, mierda, no puede ser... Él... Él ya no está.

-Calma Chuuya, intenta respirar por favor...

Dazai lo envolvió entre sus brazos, de algún modo el tacto reconfortó a Chuuya, saber que no estaba solo lo hacía sentirse más tranquilo, extendió los brazos hasta rodear la cintura de Dazai, escondiendo su rostro húmedo en su pecho, ahogando su pena en sus latidos, por primera vez, sin sentirse solo.

AN UNHEALTHY OBSESSION -𝙎𝙤𝙪𝙠𝙤𝙠𝙪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora