Apuesta.

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Ayer el trato de Ethan, era el siguiente, si alguno de los dos ganaba tenían que mostrar su mayor secreto...Cosa que a Aidar se le hacía un poco tentador, pero a la vez era arriesgado.

- Hola, Aidar. Saludó una chica de cabello ondulado

- ¿Hola? Contestó confundido

- Si, se que no me conoces, pero yo si, soy Claire. Se presentó extendiendo su mano

- Es genial...Que bueno que aún tenemos compañeros que se quieren presentar dignamente. Gruñó

- Solo quería preguntarte una cosa

- Adelante

- ¿Porque le hiciste caso a Dorian? ¿Porque saliste de Tartán?

- ¿Qué? Contestó nervioso

- Que si me das tu número. Sonrió

- Oh, claro

Solo fue la imaginación de Aidar, pero aún así no podía evitar sentirse arrepentido.

- Hola. Saludó el moreno

- Hola, Ethan

- Y ¿Bien? preguntó

- De acuerdo¿de que se trata? Contestó con mucho interés

- Tienes que hacer que, Zack odie a Enzo. Dijo rápidamente

- Pero eso es casi imposible.

- ¿Te rindes tan rápido? Tendrás que contarme tu secreto ahora. Miro con decepción

- ... Como dije es "casi" pero no imposible. Aclaró nervioso

- ... Es una apuesta, pero la cosa va a estar más difícil, si yo logro que Zack odie a Enzo antes que tú, yo gano pero si tú lo haces antes tu ganas. Añadió

- Y ¿Como lo sabremos? Cuestionó aún más confundido Aidar.

- De la boca de Zack.

Era una apuesta extraña y casi imposible ¿Cómo puedes odiar a la persona que te gusta?

- Que gane el mejor. Cerraron el trato con un apretón de manos

Más adelante, Aidar camino solo y pronto se encontró con alguien conocido.

- Aidar. Saludó un chico mediano

- M-malcom. Saludó sobresaltado

- Ayer me dejaste en ridículo. Creyó que era una forma de decir ¿Cómo estás?

- Perdón, no era mi intención. Se disculpó

- No, no, está bien, hay cosas que me merezco. Confesó un poco tímido

- No digas eso.

- Oye a ¿Que club de deporte te unirás? Cambió de tema Malcom

- No sé aún no he visto opciones.

- Se ve que serías buen nadador. Respondió con tono burlón

- ...¿Te estás burlando de mi estatura?

No para nada, tienes brazos largos -

En Tartán la estatura es muy juzgada, y Aidar era uno de ellos, por eso era víctima de burlas y sujeto de apuestas.

- Me tengo que ir. Aclaró Malcom

- Hasta el almuerzo... Supongo. También supuso que fue una despedida

Aidar pensó que Malcom era extraño y que era incómodo hablar con él.

- Club de gimnasia... Creo que sería buena opción...No tengo que arriesgarme a ser el más rápido o el más alto, ni tengo por qué preocuparme por el agua...Es perfecto. Dijo para si mismo

El chico del espacio Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu