Capítulo 33

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Los besos fueron repartidos por cada recóndito lugar en su cuerpo, cada lunar y cada cicatriz fue besada y acariciada por las expertas manos del alfa, sosteniéndolo de la cintura mientras deslizaba su lengua por sus tetillas, lamiendo y chupando su aureola osacea, arrancandole gemidos y jadeos de pura necesidad de su garganta, arqueando su espalda cuando la lengua del alfa se deslizó hasta su vientre y beso cada parte de su abdomen. Desabrocho sus pantalones y los deslizó fuera de su cuerpo haciéndolo gemir.

- Por los benditos dioses, Aeron, solo fóllame - gimió desesperado cuando bajo su mirada hasta la sonrisa burlona en el rostro del alfa.

Aeron lo ignoro olímpicamente, llevando dos de sus dedos hasta la boca del omega y este sin palabra alguna se los llevo hasta su boca, chupándolos mientras sus pupilas de dilataban y movia sus caderas necesitando del tacto de su alfa. El mayor tomó la base de la erecta polla de su dulce y excitante omega, bombeandola con su mano de arriba hacia abajo, apretando la punta mientras lo veía succionar sus dedos con lascivia. Abandonó la boca del omega y gruño.

- Abrelas para mi - le ordeno con voz grave, viéndolo obedecer ansioso y Aeron gruño admirando la vista que su esposo le regalaba en aquella habitación - Eso es, pequeño.

Lucien gimió complaciente cuando alzó sus caderas y el alfa colocó el cojín debajo de su espalda baja, su corazón se aceleró cuando sintió los gruesos dedos del mayor rozar su entrada sin dejar de masturbarlo, gimoteo cuando introdujo su primer dedo y echó su cabeza hacia atrás; el placer lo inundó cuando lo penetró con ambos dedos y comenzó a moverlos con lentitud en su interior, la forma en que la palma del alfa envolvía su miembro lo hizo gemir y lloriquear en su lugar, agitando sus caderas en busca de más.

- Aeron por favor - gimió cerrando sus ojos y apretando las sabanas bajo su cuerpo. El alfa se inclino sobre él y llevo a boca uno de sus pezones, tomándolo con su lengua y mordisqueandolo con sus dientes, desesperandolo.

- Ruegame - le ordenó y Lucien sintió sus mejillas calentarse mientras lo sentía besar su cuello.

El omega se sostuvo de los hombros del alfa y empujó sus caderas con sus dedos, gruesos y largos profanando su cuerpo.

- Vamos, ruega por lo que quieres, omega. Ruégame.

Lucien gimió enloquecido y apretó sus manos alrededor de sus hombros.

- Te quiero a ti, por favor - susurro necesitado - Por favor, te quiero a ti, quiero que me folles, alfa.

El olor a menta y madera quemada inundó aquella habitación, marcandola y envolviendo cada pared con su aroma como clara advertencia se acercara a ella. Tomó al omega llevándolo hasta el escritorio de madera de la habitación y tiro todo lo que había sobre el para dejarlo ahí. Lo abrió explícitamente de piernas y desabrocho su pantalón, mientras el menor se encargaba de deshacerse de su camisa, tirandola por algún lado cuando lo desnudo. Lucien se abrazo a él y empujó sus caderas, ronroneando como un gatito necesitado, volviéndolo loco.

- Serás un buen omega. Vas a tomarme muy bien - susurro acariciando su labio y tomando la base de su erecta polla para condicirla hasta la entrada del omega, dilatada y húmeda.

Empujó en su interior y se adentró por completo luego de dar una estocada que los hizo gemir a ambos. Lucien apretó sus manos en su espalda y enterró sus uñas, lo sostuvo de sus piernas y lo embistió haciéndolo gemir ronco.

- Oh mierda.

- Oh sí, dioses, muevete por favor, muevete - lo escucho pedir con desesperó y Aeron lo nalgueo, embistiéndolo fuertemente contra el escritorio mientras lo escuchaba gemir contra su oído y sostenía entre sus dedos su cabello platinado.

Un Voto de Odio, Un Voto de Amor ®™Where stories live. Discover now