06| El acuerdo

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Capitulo 6. El acuerdo
EDA

—¡Bárbara Gómez, no te vuelvo a sacar de casa!— el grito de Nina resuena en el coche acompañado de una sonora carcajada por parte de Mel y mía, mientras que Barbi se limita a bufar y a rodar los ojos cansada.

—No ha sido para tanto...

—¿Qué no ha sido para tanto? Bárbara casi le rompes el brazo al hombre, estaba casi llorando— la efusividad en los gestos de Nina hace que una muy borracha Mel solo pueda reír sin parar.

Bárbara vuelve a rodar los ojos y esta vez por fin arranca el coche, dejando el tema de lado y provocando un silencio tenue en el coche.

—Vaya dos, estoy alucinada— me susurra Mel con dificultad para hablar.

Río suave negando con la cabeza para luego observar a las dos amigas que están sentadas en la parte delantera del auto. Nina está de brazos cruzados mirando a la ventanilla con cara de enfado y Barbi observa la carretera con el ceño fruncido.

Al parecer, un hombre se acercó a Mel en la fiesta y comenzó a ser pesado con ella, nuestra amiga esta absolutamente borracha por lo que no se entera de una. Barbi fue a frenar al hombre y este se puso bravo y la empezó a insultar, Bárbara le realizó una maniobra de yudo dejándole el hombro en el sentido opuesto al que debería por naturaleza estar.

Yo me pregunto, ¿Qué tendrá de malo?

Pues que siempre pasa algo con Barbi, al parecer ella es así con las situaciones, sobre todo si es un hombre que molesta a una chica. Y a Nina parece que no le gusta que se pueda meter en más problemas. Nina me comentó que Barbi estudia derecho, carrera que le viene como anillo al dedo, y que sus padres son muy estrictos con ella y que no se puede meter en más conflictos porque podría ser perjudicial para su futuro. Según Barbi, es una exageración de nuestra amiga.

Me sobresalto cuando un golpe me da en el hombro, giró asustada para encontrarme con la cabellera de Melanie sobre mi. Con la boca abierta y los ojos cerrados duerme profundamente. No puedo evitar sonreír, esta chica es increíble, un ser de luz.

No tardamos casi nada en llegar de vuelta a la mansión, y cuando Barbi estaciona yo le coloco  la cabeza a Mel para que siga disfrutando de su sueño profundo. Nina y yo bajamos aquí, nos despedimos de las chicas y con un "ya hablaremos" por parte de Nina salimos del coche y caminamos hasta llegar al portón de la mansión Blum. Como la casa de Nina queda a menos de cinco minutos las chicas ya nos dejan aquí para aprovechar el camino hasta la casa de Mel y no hacer tanto viaje.

Cuando tengo el gran protón de la casa a escasos centímetros miro a mi amiga detenidamente. Cabizbaja y mordiéndose el labio mira al suelo pensativa.

—Nina, ¿todo bien? Seguro que para la próxima aprende...—comentó observando como mi amiga muerde el interior de su mejilla pensativa, su pelo negro ahora recogido en un moño le despeja el rostro dejándome ver todas sus expresiones a la perfección.

—No si no es eso, si ya estoy más que acostumbrada a lo de Barbi, parezco su madre...—su respuesta me deja descolocada, porque es evidente que algo le pasa y si no es Barbi ¿qué es?

—¿Entonces?

Parece pensárselo mucho y me observa a los ojos detenidamente, sus pecas se arrugan cuando mueve la boca pensativa y por mi mente divagan opciones posibles que no me gustarían que fueran reales. ¿Sabrá lo de su hermano? No creo cómo podría saberlo si solo se lo conté al estupido del moreno.

Un acuerdo con exceso de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora