⠀⠀⠀⠀✩✩✩ | CHAPTER FOURTEEN

301 47 13
                                    

Jason deslizó la lengua por sus labios, como pidiéndole que los abriera y, sin pensar, Dick obedeció. Se perdió en el beso como si hubiera estado esperando ese momento desde siempre.

Pero esta vez Jason no se dejó llevar. Mantenía las manos en su cara, concentrando toda su atención en el beso, lento, sensual. Como si pudiera pasar el día entero besándolo. Y entonces, como había imaginado, oyó el clic de una cámara.

Los paparazzi habían llegado.

Dick se apartó de inmediato. Un minuto antes, Jason estaba besándolo con tal pasión que apenas podía recordar su propio nombre. Y, de repente, eran el objetivo de media docena de cámaras.

Nervioso, lo único que podía pensar era: «¿Cómo pudo haberme pasado otra vez?».

Cuando se levantó. Jason se levantó también, poniendo una mano en su espalda. No parecía tan nervioso como el, de hecho, parecía absolutamente tranquilo.

Antes de que pudiera preguntarse por qué, el reportero de un canal de televisión local puso un micrófono en su cara.

—Es la segunda vez en dos días que la atrapamos en una situación comprometida, joven Grayson. ¿Quiere comentar algo?

Un segundo reportero, éste menos amable, se abrió paso hacia ellos.

—¿Son ciertos los rumores de un compromiso?

—Eso de «el último buen omega de Europa» debe de haberlo molestado, ¿no? Da la impresión de que se parece más a su madre de lo que nos había hecho creer —afirmó un tercero.

Dick parpadeó, la confusión dando paso a la furia.

Él era una persona tranquila, pero todo el mundo tenía un límite y, sin pensar, alargó una mano, dispuesto a quitarle el micrófono al reportero para metérselo por algún lugar recóndito.

Afortunadamente Jason no había perdido los nervios y se apresuró a tomar su mano para ponerla sobre su corazón. Y luego, para asombro de Dick, soltó una carcajada.

—Nos han vuelto a atrapar chicos. Lo siento, pero no puedo dejar de tocarlo —declaro Jason—. Imagino que lo entenderán.

A Dick le parecía que había hecho un milagro con Talia al Ghul, pero aquello era increíble. En los siguientes quince minutos transformó a la manada de paparazzi sedientos de sangre en un grupo de cachorros.

Cuando se marcharon, todos con una sonrisa en los labios, los había convencido de que estaban enamorados y, sobre todo, de que la foto del día anterior no era más que un beso entre dos novios.

—No me lo puedo creer —hablo Dick sorprendido—. Los tenías comiendo de tu mano. No sé cómo describir lo que has hecho.

—Inteligente, brillante, inspirado —sugirió él.

Dick lo miró de soslayo. Qué guapo era, pensó, con esa sonrisa de pirata.

—¿Siempre consigues que la gente haga lo que quieres?

—Sólo cuando es realmente importante —dijo Jason, poniéndose serio.

—¿Y convencer a esos reporteros de que estamos enamorados y que la foto de ayer era totalmente inocente es importante para ti?

—¿Tan difícil te resulta creerlo?

—Pues sí —respondió Dick con su habitual sinceridad—. Pero no sé qué vas a conseguir tú con eso.

—Enmendar mis errores.

Y allí estaba de nuevo.

Era la segunda vez que se referían a él como un problema o un error.

¿Por qué estaba destinado a ser el error de los demás?

Había sabido desde siempre que su padre lo consideraba un inconveniente, pero no estaba dispuesto a que Jason lo viera de ese modo.

Se había esforzado mucho para ser una persona independiente y planeaba muy bien las cosas porque era la única garantía de que nadie tuviera que rescatarlo. Sin embargo. Jason estaba convencido de que era un error.

De nuevo, un hombre al que admiraba lo veía como un inconveniente.

—Ya hemos hablado de esto, yo no soy tu error —el omega de Dick empezaba a enojarse.

—Si no hubiera estado tan decidido a seducirte, nada de esto habría pasado.

—Ah, claro, porque eres irresistible, ¿no? —soltó Dick sarcástico—. Haz el favor de borrar esa sonrisa satisfecha de tu cara.

Jason se encogió de hombros, con expresión inocente.

—Yo no he dicho nada.

—No, pero estabas a punto de decirlo.

Sí, era irresistible, ésa era la verdad. Cada vez que lo tocaba perdía el control, bla, bla, bla.

Ya estaba bien.

Aquel hombre había puesto su mundo patas arriba en unos días. ¿Una vida entera de discreción y lo tiraba todo por la ventana porque un alfa había sabido besarlo? Pues ya estaba harto.

—Mira, a partir de ahora yo tomo las decisiones —le dijo, poniendo un dedo en su pecho.

Jason levantó una ceja, pero no dijo nada.

Sí, era un genio manipulando a la prensa y a Talia, tuvo que reconocer Dick. Pero no podía dejar que lo manipulara a él. Si iban a pasar el verano fingiendo estar enamorados, tendría que encontrar la manera de distanciarse.

—Si de verdad te sientes mal por lo que ha pasado, harás lo mismo que yo: mantener la boca cerrada. Está claro que sabes manejar a la prensa, así que tú puedes encargarte de ellos. Pero cuando estemos solos, yo tomo las decisiones, ¿de acuerdo?

Como respuesta, Jason tiró de él para darle un beso, pero Dick puso una mano en su pecho.

—¡Y nada de besos! Y nada de sexo. A partir de ahora, nuestra relación será estrictamente platónica.

—Por supuesto —asintió él, con un tono que no lo convenció en absoluto.

—Lo digo en serio. Estaremos prometidos en público, pero en privado nada de tonterías.

—¿Y durante cuánto tiempo tendré que vivir como un monje?

Dick lo pensó un momento.

—Al menos hasta que termine la temporada de golf. Cuando volvamos a Gotham la prensa habrá perdido el interés y romperemos discretamente.

Esperaba que protestase porque aún quedaban varias semanas para que terminase la temporada, pero Jason se limitó a asentir con la cabeza.

—Muy bien.

—¿Muy bien? Tú no puedes estar tanto tiempo...

—Sí puedo —lo interrumpió él—. Sí puedo estar tanto tiempo.

—Estupendo. Pues empieza por soltarme.

—Lo haría, pero hay otro fotógrafo escondido detrás de esos arbustos y no serviría de mucho que nos viera peleándonos.

Dick no tuvo la oportunidad de mirar por encima de su hombro para ver si era cierto que había un fotógrafo escondido entre los arbustos porque el arrogante de Jason lo tomó por la cintura para volver a besarlo.

ACCIDENTAL FIANCÉ ── JAYDICKWhere stories live. Discover now