CAPÍTULO 9

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Ser convocado sin previo aviso nada menos que por el mismísimo jefe de su facultad no debería causarle tanta inquietud interna, pero asertivamente para Law sí lo hace.

Desde el principio, a Law siempre se le consideró un prodigio innato. Durante el primer año de su carrera académica, consiguió ponerse a la altura de los recién graduados de la época e incluso fue condecorado con el premio a la mejor distinción como estudiante honorario, a pesar de ser un crédulo novato de dieciocho años.

Actualmente, se le considera un genio de la medicina. Law tiene memorizados los conceptos básicos, sigue las pautas exactas de un médico profesional y, sobre todo, posee los conocimientos necesarios para desempeñar su trabajo. En general, es un tipo ilustrado hasta la médula.

Ahora que especula mejor, a Law no le preocupa la repentina convocatoria de una de las máximas autoridades universitarias. No. Ahora en su mente sólo existe la ansiedad por saber qué le espera realmente una vez que sus pies crucen las ciclópeas puertas que tiene ante sus ojos, tan solemnes y bañadas en astillas de roble puro.

Law contiene una respiración áspera, pisando apresuradamente el alabastro del suelo con la punta de sus zapatos. Su mirada se ciñe al borde de la aguja del reloj que descansa contra la encarnada pared, notando que los segundos se alargan con cada oscilación que conciben sus músculos bajo las refinadas capas de ropa. 

Pronto, las silenciosas voces procedentes del interior del interminable despacho se vuelven más animadas, haciendo que Law parpadee y se enderece del incómodo asiento de terciopelo escarlata. La desmesurada puerta se abre, revelando las figuras autocráticas del decano de su facultad y del rector de la universidad. Una vez más, Law reprocha un suspiro y su porte se ciñe en una fila rectilínea antes de inclinarse lentamente para saludarles de forma instructiva. 

—Buenos días, señores —saluda Law con reserva; sus manos ahuecadas a los lados de los muslos.

El decano suelta una risita y le indica a Law que puede enderezarse.

—Ya no es necesario que te inclines, jovencito —dice, acomodando mejor el manuscrito que se le escurre entre los dedos—. O debería decir... colega. 

Ante el comentario desprevenido, Law endereza la espalda mientras levanta la mirada, estudiando a su director general con los ojos entrecerrados y una ceja arqueada.

 —¿Colega? —Law no puede evitar preguntar, sintiendo una ligera punzada en el pecho—. ¿Qué quiere decir, profesor? 

Esta vez, el rector se aclara la garganta y se vuelve hacia Law con una mirada espontánea.

—Lo que has oído, chico —murmura, acercándose a Law antes de ofrecerle una ligera palmada en el hombro—. Hemos estado en contacto con el doctor Newgate; nos ha dicho y mostrado maravillas de ti, especialmente de tu insuperable resiliencia en las prácticas generales y sociales sobre tu futuro campo laboral. Además, llevamos tiempo pensando en ello junto con el consejo estudiantil y la oficina de maestrías.

Law se queda estático, sin saber qué replicar o qué hacer a continuación. «No puede ser... Está pasando», es todo lo que consigue murmurar antes de ser bombardeado de nuevo por la retaguardia.

—Enhorabuena, doctor —le felicita su decano, ofreciéndole a Law el ansiado documento que ha deseado toda su vida: su título oficial—. En el transcurso de los próximos meses podrás iniciar tu especialidad en cirugía. De momento, limítate a festejar por tu esfuerzo obrado durante los últimos años.

«Realmente está pasando» 

Sus manos se tensan, empezando a liberar los molestos temblores que tanto repudia cuando permite que su mente excarcele sus tan sigilosos nervios. Law traga saliva y da un inseguro paso adelante antes de rozar con las yemas de los dedos el folio color crema. Al escrutar la fina caligrafía que sobresale de la abultada hoja de papel, sus pupilas se dilatan y siente la boca seca. Parece un sueño, uno terriblemente realista, pero Law sabe que no lo es, no cuando sus ojos empiezan a lagrimear con un auge faraónico al contemplar el magnífico epígrafe de su nombre con la palabra "doctor" al lado.

Eleuteromanía (LawLu)Where stories live. Discover now