Rüzgâr

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viento



Katerina sentia dos pares de manos lavar su cuerpo, llevaba menos de un dia en el palacio y ya estaba siendo preparada para ir con el sultan. Paso toda su vida encerrada en un palacio cumpliendo ordenes y recibiendo lecciones para ser una buena esposa, habia estado casada tres veces con hombres que facilmente podrian ser su abuelo solo para la conveniencia de su dueño, el primer hombre murio en su lecho y los dos ultimos en manos enemigas. Aun siendo una adolecente penso que en un matrimonio encontraria la tan ansiada felicidad, que su esposo la amaria, pero descubrio que buscar la dicha en un matrimonio es solo una tonteria.

Ahora estaba en el palacio imperial mas cerca del poder de lo que alguna vez pudo soñar, sus cadenas estaban mas suetas, lo suficientemente lejos de su dueño para poder escalar en esa piramide de poder y consegir su libertad.

Mientras se diriguia al camino dorado vio de reojo a la sultana Thalia, quien le sonreia levemente, vio a las concubinas, favoritas y a la unica sultana todas ellas la veian con superioridad y ella solo pudo contener la risa que queria escapar de sus labios, llegaria mas lejos de lo que esas mujeres siquiera podian soñar.

Vestia un atuendo rojo hecho de encaje y adornado con piedreria, sobre este llevaba una capa que cubria su cuerpo al completo y la mitad de su rostro era cubierto por un pañuelo de mismo material y color de su ropa. Sin importar cuanto tardara o a quines debia eliminar de su camino se convertiria en la esposa legitima del sultan, en la unica para el sultan.

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Stiles abrazo al niño durante toda la tarde y trato de hacerlo comer aunque el pequeño solo preguntaba por su madre, el omega se mantubo en su aposento hasta el anochecer cuando el niño se habia dormido lo dejo cobiajado en su cama y salio del aposento recargandose en el baraldal de donde veia a la nueva caminar hacia los aposentos del sultan. Se sentia melancolico pensando que mientras el atesoraba el recuerdo de su primera vez con un alfa, talvez para el sultan solo fue una noche mas.

Sentandose en el piso, recargo la cabeza en el barandal mirando como las concubinas poco a poco dormian, como las sirvientas terminaban sus labores del dia, veia como las belas se apagaban y el gran palacio imperial se quedaba practicamente a oscuras. Se quedo en el mismo lugar aun cuando Erika insistio que se retirara a descansar, se quedo esperando que la mujer regresara a las pocas horas del aposento de su majestad como habia sucedido otras veces, se quedo viendo entre lagrimas como la mujer no regreso al harem aun despues de la madrugada, sentia su corazon romperse un poco y sintiendose un estupido.

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Derek se sentia cansado, los problemas parecian llegar de todas las direcciones, las reveliones parecian tomar fuerza, se sentia precionado por su madre como un pequeño cachorro, las traiciones se filtraban por todas las rendijas del palacio y el que parecia mas insignificante es el que lo tiene mas cansado, Nihal, intento mantenerse ocupado durante toda la tarde pero de una forma u otra el omega se aparecia entre sus pensamientos, su alfa y lobo parecian estar desesperados por la presencia del castaño y lo hacian sentir nerviosos. Como el, un sultan, puede sentirse necesitado del omega un esclavo, se sentia frustado, furioso.  Inetaba confiar en el joven omega que nunca le habia dado razones para pensar que lo traicionaria pero ese apego que su lado animal siente por el muchacho solo lo hace sentir debil, inferior y eso es inacmisible.

Saliendo de sus liosos pensamientos escucha la puerata de su aposento ser tocada, sabiendo ya de quien se trata permite el paso viendo a una mujer que no habia visto antes y tras ella entrar tres mujeres con instrumentos en mano. Dando un asentimiento escucho como las mujeres comenzaban a tocar los instrumentos un alejadas de el y la concubina.

𝔖𝔲 𝔪𝔞𝔧𝔢𝔰𝔱𝔞𝔡 ...Where stories live. Discover now